El primer crimen conocido de la Historia o, mejor dicho, de la Prehistoria, porque ocurrió hace 400.000 años en nuestro país, fue un homicidio involuntario. Ocurrió en la Sima de los Huesos, el fecundo yacimiento de fósiles humanos de la sierra de Atapuerca (Burgos), cuna de nuestros antepasados más remotos. La víctima fue Miguelón (también conocido como Cráneo nº5 de Homo heidelbergensis) Con probabilidad este prehistórico humano, un varón de unos treinta y tantos años, fue agredido con una piedra por un congénere.

Miguelón

Miguelón

Dicha agresión le aplastó el hueso maxilar del rostro y afectó a un alvéolo dentario, con posterior rotura de una pieza dental que se infectó y derivó en septicemia, una infección de la sangre causada por bacterias en el torrente sanguíneo. Se trata de una infección grave y potencialmente mortal que empeora de manera muy rápida, y en última instancia fue la causa de la muerte.

La Sima de los Huesos tiene el privilegio de ser el lugar que mayor acumulación de fósiles humanos del mundo concentra. Alberga unos 2.000 restos de una treintena de individuos (Homo heidelbergensis) que murieron hace unos 400.000 años. Los huesos que se han encontrado en esta sima son preneandertales y descendientes del europeo más antiguo encontrado hasta la fecha, el Homo antecesor, descubierto en otro yacimiento de Atapuerca, la Gran Dolina. El propio Juan Luis Arsuaga, uno de los directores de las excavaciones de Atapuerca, cree que la Sima de los Huesos pudo ser incluso el primer cementerio de la historia.

Resulta llamativo el elevado porcentaje de episodios de canibalismo y masacre que se daban durante la Prehistoria. Además de en Atapuerca, en otro yacimiento de enorme interés de la península ibérica, El Sidrón (Asturias), se tiene constancia de ello ¿Por qué? Nuestros antepasados homínidos y las especies afines, como el Homo heidelbergensis y el Homo neanderthalensis, veían a sus congéneres como un recurso cárnico y buscaban su médula y cerebro, sobre todo en épocas de escasez. Eso, sin descartar algún tipo de canibalismo ritual que, al menos en los neandertales, se asociaba a los ceremoniales mortuorios. En el Homo Sapiens no se han documentado ingestas de colegas, aunque sí perpetraban otras masacres…

Colaboración de Javier Ramos (Lugares con Historia)
Ilustración: Quo