Has ultrajado mi honra, ¡te desafío a un duelo!

Esta frase puede recordar a una película ambientada en el siglo XIX, momento en el que se hicieron famosos los duelos entre dos caballeros, pistola en ristre. Sin embargo, y como sucede con otras muchos aspectos, los orígenes de los duelos hay que buscarlos mucho más atrás en el tiempo. Probablemente los duelos existan desde siempre, pero el primer testimonio que tenemos en la cultura occidental viene de la guerra de Troya. Fueron varios los duelos que en esta famosa guerra se llevaron a cabo, como el de Paris y Menelao por el amor de Helena, o el más conocido, el de Aquiles contra Héctor.

Aquiles arrastrando el cadáver de Héctor

También el origen del término “duelo” procede de la Antigüedad Clásica, aunque no tenemos que remontarnos a los tiempos de la guerra de Troya, sino a Roma y al latín. “Duelo” es una palabra compuesta por los términos duo, que significa dos; y bellum, guerra en latín, palabra muy usada para gran parte del léxico referido a la guerra (o bélico).

Por lo tanto, si atendemos a la etimología, “duelo” viene a significar “guerra entre dos”. Se comprende este significado si atendemos a la finalidad primera de un duelo: una lucha entre los mejores soldados de cada bando para dar fin a la contienda. En la Edad Antigua tenemos varios ejemplos de duelos con este significado primario como la leyenda de los Horacios en los primeros tiempos de Roma. Sin embargo, andando el tiempo, los duelos pasaron de ser una lucha en defensa de un bien mayor, como la defensa de la patria, a un combate por motivos personales y egoísta.

Colaboración de Bárbara Durán