Aunque el título parezca un juego de palabras, que no digo que no, está muy cerca de la realidad, y es que para empezar el año por todo lo alto me quiero unir al reto planteado por mis amigos de Apadrina un olivo: conseguir estas Navidades (incluido Reyes) 700 apadrinamientos de olivos abandonados. Si se consigue (llevan casi 600), formarán a una mujer y le ofrecerán una oportunidad laboral dentro del proyecto desarrollado en Oliete (Teruel).

Ante la avalancha de regalos estos días en la que todos competimos por ser el regalador más original y auténtico, desde Apadrina un olivo proponen ser, genuinamente, original regalando un olivo abandonado a alguien y ayudando a arraigar sus y tus raíces en el pueblo, que este caso es Oliete. Repensar el concepto de “regalo original” y salir del imaginario colectivo alrededor de los típicos regalos en estas fechas, es lo que plantea la Asociación sin ánimo de lucro que lleva 9 años viendo cómo el regalo que más triunfa para estos reyes, es el de sorprender con la historia de un olivo, que gracias a un padrino o madrina se va a poder recuperar.

Además de mantener las escuelas vivas (Alacón y Oliete) y potenciar el emprendimiento (Despertares Rurales Inteligentes), esto es lo que han hecho en Oliete (Teruel) mis amigos de Apadrina un olivo

¿Y cómo cuadra esta iniciativa con «He visto cosas que vosotros no creeríais«? Pues sencillo, se sorteará el apadrinamiento de un olivo durante un año entre todos los que compartan este post y dejen una foto de mi último libro en un comentario (es suficiente que aparezca el libro, pero no vale en la estantería de una librería o centro comercial).