Se entiende por comercio a la acción de intercambiar servicios o bienes y es extremadamente importante para la sociedad global actual, especialmente en la era de la digitalización. En esta era muchas personas se dedican a estudiar el trading, a través de portales comparadores como tradingagora.com. Por eso, hoy te traemos una línea de tiempo, para entender los orígenes del comercio y cómo ha evolucionado hasta la actualidad. El desarrollo del comercio se conecta con otros sistemas importantes de la sociedad, como el transporte, la economía y la comunicación. En la actualidad, cuando hablamos de comercio físico, el Canal de Panamá, por ejemplo, juega uno de los papeles más importantes, eso sin contar la función de las bolsas del mercado bursátil y los magnates de ventas online como Amazon o eBay. Pero, ¿cómo empezó?

Mesopotamia y el Valle del Indo

El comercio se inició alrededor del año 3000 a. C. en la antigua Mesopotamia (actual Irak) y el valle del Indo (actuales India, Pakistán y Bangladés). Se intercambiaban diversos productos, como grano, telas, materiales de construcción e incluso metales. Esto generaba que las ciudades con mayor comercio se volvieran más ricas.

El intercambio de bienes hizo que civilizaciones de culturas diferentes interconectaran y supieran de la existencia de las otras, intercambiando cultura y desarrollando las vías de transporte para facilitar la compra y venta. En cuanto al modo de desplazamiento de estas mercancías, hablamos de un mayoritario transporte fluvial, tanto por el río Tigris y el Éufrates, como por el Indo; algo vía marítima y, lógicamente, transporte terrestre mediante burros.

La antigua Grecia

Debido a la pobreza del terreno y las dificultades orográficas, desde los tiempos de los minoicos y, sobre todo, la civilización micénica, a la que se puede considerar el germen de la cultura griega, el comercio ha constituido una de sus principales actividades económicas, intercambiando principalmente cerámica, joyería, vino, aceite de oliva y vasos de vidrio. Las ideas y los sistemas, como los métodos agrícolas, también se intercambiaron y se difundieron entre diferentes grupos, incluso antes de que Grecia se convirtiera en una civilización poderosa. El aumento de la población, los disturbios sociales y los intereses comerciales, «obligó» a las polis griegas a iniciar un proceso de colonización marítima por el Mediterráneo en forma de colonias comerciales.

La ruta de la seda

En 130 a.C., a través de los viajes y los informes elaborados por el diplomático Zhang Qian, enviado por el emperador Wu de la dinastía Han, los chinos descubrieron el potencial del comercio con Occidente y quizás, por primera vez, comenzaron a mirar el mundo más allá de sus fronteras por razones distintas a la necesidad de defenderse, sentando así las bases de lo que finalmente se conocería como la Ruta de la Seda. Bajo la protección del imperio Han (recién ampliado hacia el oeste), las caravanas comenzaron a ampliar el recorrido (con el tiempo llegará hasta el Mediterráneo y Europa -casi 7.000 km-, y se ramificará hacia India y Arabia), convirtiéndose en una red de rutas comerciales y, no menos importante, en un flujo cultural, tecnológico, religioso… y de enfermedades.

La ruta de la seda siguió existiendo por muchos siglos, como la principal vía de comercio del mundo, pero técnicamente no ha dejado de existir. De hecho, en la actualidad existe una red viaria entre China, Kazajistán y Kirguistán que es comúnmente llamado como “la nueva ruta de la seda” a través de rutas ferroviarias.

Las rutas marítimas

En el siglo XIV, los portugueses abrieron el camino para el descubrimiento de nuevos océanos y continentes, en su búsqueda de una ruta directa a las Indias alternativa a la Ruta de la Seda por tierra. Enrique el Navegante, Vasco de Gama o Pedro Álvares Cabral, entre otros, consiguieron abrir nuevas rutas al comercio portugués y se anticiparon a la gran Era de los descubrimientos que tendría como protagonistas casi absolutos a los españoles.

En los siglos XV y XVI se generalizó el uso de la brújula y surgieron nuevos tipos de naves (carracas, carabelas, pinazas, saicas, galeones) que permitieron hacer viajes cada vez más largos. Fue la época dorada de los navegantes españoles: Cristóbal Colón, Juan de la Cosa, Juan Sebastián Elcano, Álvaro de Mendaña, Vaéz de Torres, Urdaneta, Sarmiento de Gamboa, Legazpi… son sólo algunos de los miles de protagonistas de la apasionante historia de los descubrimientos geográficos por mar que permitieron, entre otras cosas, el intercambio de personas, bienes y microbios entre dos zonas del planeta separadas durante milenios por un gran mar y por el océano del desconocimiento mutuo.

Comercio en la actualidad

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías y la llegada de distintos procesos políticos como lo fue la Revolución industrial, el mundo se fue «ampliando» y se construyeron otras vías que facilitaran el comercio. Fue así como nació, por ejemplo, el canal de Suez en Egipto en 1859, que facilitó el intercambio de bienes y servicios entre Europa y el Medio Oriente y que a fecha de hoy sigue siendo de suma importancia.  Décadas después, en 1904, se construye el canal de Panamá, para facilitar el tránsito entre el Pacífico y el Atlántico convirtiéndose, probablemente, en la vía de comercio física más importante del mundo.

No obstante, en la actualidad el comercio online y el uso de criptomonedas también juegan un papel fundamental en cómo se realiza el intercambio de bienes en todo el mundo. También, desde hace unos siglos tenemos las bolsas de valores, donde las empresas destinan dinero y las personas dedicadas al trading, como los que visitan páginas como tradingagora.com, las estudian para saber cuándo es mejor invertir según las bajas y alzas del mercado.