En la actualidad muchas personas piden (pedimos) préstamos o créditos, a través de sus bancos o de portales online como moneido.es bien sea para financiar proyectos, cubrir emergencias o darse un gusto ocasional que se sale de su presupuesto. Sin embargo, aunque esto puede sonar como un concepto moderno, en realidad los prestamos datan desde hace miles de años. Descubre aquí cómo se originaron y cómo han ido evolucionando hasta la actualidad.

Sistema de créditos en Mesopotamia

Como muchas otras cosas que se hacen en la actualidad, como la agricultura, la escritura, el comercio o los préstamos, se iniciaron en Mesopotamia, concretamente en la civilización sumeria.  La economía sumeria se basaba en el trueque, y para evitar que los mercados se convirtieran en un campo de batalla, los gobernantes y, más tarde, los reyes emitían anualmente tablas de equivalencias de productos. Así, cualquier comprador podía saber que un kilo de lana  equivalía a, por ejemplo, dos litros de cerveza, 300 gramos de cobre o 2 kilos de dátiles. Gracias a muchas de esas tablas que se han conservado hasta nuestros días, sabemos que el oro no era de los metales más caros. Había otros materiales que lo superaban, como el lapislázuli, el cobre, el estaño y, por encima de todos, la plata. Otra función que cumplía este metal a la perfección era la de estabilizador del sistema económico. Imaginemos a un campesino que desea comprar un cordero para celebrar la boda de su hija y se encamina al mercado con una cierta cantidad de cebada para canjear. ¿Qué sucede si el tratante de ganado no necesita cebada? La solución era bien fácil. El campesino podía dirigirse a un prestamista, que en el mercado negro el cobraría un22% de interés, o un templo (los bancos de la época), donde el tipo de interés no superaba 3,5%. Con la plata en su poder, ya podía comprar el cordero con la confianza de que ese metal  iba a ser aceptado por cualquier comerciante.

Préstamos en la India y Roma

La evidencia más antigua del uso de «letras de cambio» proviene de la India cuando se usó un instrumento comercial llamado adesha durante el Imperio Maurya en 321 a.C. Mediante este documento mercantil, el vendedor puede dar financiación a sus clientes con la garantía de que cobrará el dinero en la fecha de su vencimiento fijado en la misa letra de cambio.

En Roma, como en muchas otras ocasiones, lo que hicieron fue copiar a los griegos que seguían el modelo banco/templo de Sumeria. El Templo de Saturno en Roma albergaba la Aerarium (erario) en tiempos de la República y durante la época imperial el Templo de Cástor y Pólux era el depositario del tesoro del Estado. La particularidad del sistema bancario de griegos y romanos fue que surgieron los banqueros privados… en Roma se llamaron argentarii (de argentum, plata). Los argentarii comenzaron como simples cambistas de moneda, para más tarde gestionar un negocio muy similar a nuestros tiempos. El tipo de operaciones que realizaban estos banqueros eran dos: el depositum, simplemente como depositarios y guardianes del dinero por el que el argentarius no pagaba intereses pero con el que tampoco podía “comerciar”; y el creditum, por el dinero depositado el banquero pagaba unos intereses al cliente y, a cambio, podía moverlo para prestarlo a terceros y, lógicamente, con un tipo de interés mayor que el que ellos pagaban.

Pedir préstamos se hace ilegal

Años después, durante la Edad Media, el pedir y otorgar préstamos se hizo completamente ilegal. Tanto el Islam como los cristianos prohibían esta actividad, mientras que la Torá judía permitía prestar, pero el reclamo de interés era solo para los no judíos. Entonces, dado que solo a los judíos se les permitía prestar dinero, se ganaron rápidamente la reputación de usureros y ladinos que les acompañó durante siglos. Estas limitaciones se fueron diluyendo a partir del siglo XVIII.

El comienzo de las finanzas internacionales

Los prestamistas usaron garantías hasta el siglo XVIII pero ,debido al auge del comercio internacional, la industria bancaria tuvo que ponerse al día. Se necesitaban controles más estrictos y Mayer Amschel Rothschild fue pionero en las finanzas internacionales mediante la creación de bancos centrales. En un movimiento estratégico perfectamente estudiado envió a sus hijos a las grandes ciudades europeas de la época (Nápoles, Londres, Fráncfort, Viena, París, etc) para montar bancos en cada ciudad.

Desarrollo de las tarjetas de crédito

A partir de mediados del siglo XX comenzaron a utilizarse las primeras tarjetas de crédito, las Dinner’s Club, gracias a una situación tipo «tierra trágame».  En una cena de negocios en Nueva York, en 1949. Frank McNamara, director de la Corporación de Crédito Hamilton, había invitado a su abogado, Ralph Sneider, y al rico heredero Alfred Bloomingdale a cenar. Y le ocurrió lo que le ha pasado a mucha gente, que se le había olvidado la cartera y, como anfitrión, debía pagar él. Llamó a su esposa y le pidió que le trajese la billetera. Esta situación, un tanto embarazosa, le dio que pensar y se le ocurrió crear una tarjeta que acreditara al portador en un negocio. El comercio aceptaba la deuda del portador y se la pagaba el emisor de la tarjeta. El negocio estaba en que tanto la tienda como el portador pagaban intereses al emisor de la tarjeta por adelantar el dinero En recuerdo al incidente del restaurante, Frank McNamara llamó a esta primera tarjeta de crédito The Dinner’s Club, El Club de los que van a Cenar. Era una simple tarjeta de visita de cartón.

Los bancos vieron pronto el negocio, más allá de pagar comidas. En 1958 el Bank of America emitió su primera tarjeta de crédito, llamada BankAmericard, que después se convertiría en la VISA. Ese año también se estrenó American Express. MasterCard llegó en 1967, con el nombre de Master Charge.

Préstamos online

Por supuesto, conforme la tecnología se desarrollaba los préstamos online, emitidos por los bancos, empezaron a realizarse en los años 80. Esto facilitó muchas cosas, tanto para los prestamistas como para quienes pedían el dinero.

No obstante, debido a diferentes inconvenientes de los bancos o a listados como el ASNEF que existe en España, empezaron a aparecer portales como moneido.es donde las personas pueden acceder a un largo listado de prestamistas, con diferentes opciones, que ofrecen créditos y préstamos sin necesidad de que los usuarios deban moverse hasta un banco físico.

Definitivamente los préstamos no son iguales a como lo eran en Sumeria, pero el concepto sigue siendo el mismo y afortunadamente se ha hecho mucho más fácil y cómodo.