Las evidencias más antiguas de elaboración de pan, o de productos parecidos al pan, han sido datadas hace 14.400 años, «4.000 años antes de la emergencia del estilo de vida agrícola del Neolítico», afirman los autores del estudio Proceedings of the National Academy of Sciences, que ha analizado cientos de restos carbonizados de comida procedentes de unos antiguos hogares del sitio de Shubayqa (noreste de Jordania), donde hicieron fuego los cazadores-recolectores de la cultura natufiense. «Sabemos cuáles eran los ingredientes: cereales como el trigo, la cebada y la avena, todos ellos silvestres, y también tubérculos de una planta de la familia de la chufa y el papiro. Sabemos que molían estos ingredientes, seguramente por separado, y que los mezclaban con agua o con algún líquido para obtener una masa. No sabemos si se dejaba fermentar o no, pero una vez obtenida la masa se cocinaba».

«Antes pensábamos que fue primero el cultivo y la domesticación de las plantas lo que dio lugar a las sociedades agrícolas, pero ahora sabemos que primero se hizo el pan y luego vino la agricultura». Así que, una vez establecido el origen, haremos un viaje por los sofisticados hornos egipcios que dieron origen al pan fermentado, aprenderemos cómo el pan se transformó en un símbolo cultural en Grecia y Roma, cómo la Revolución Industrial revolucionó su producción, y cómo hoy en día sigue siendo esencial en todas las culturas.