Robert Smalls fue un esclavo de una plantación de algodón en Beaufort (Carolina del Sur), propiedad de los McKee. Gracias a su madre consiguió aprender a leer y a escribir, algo que sería fundamental para su futuro. Tras algunas malas cosechas y con necesidad de ingresos extras, Henry McKee decidió alquilar algunos de sus esclavos para trabajar en la ciudad y uno de los elegidos fue Robert. Con sólo 12 años, Robert fue enviado a Charleston donde comenzó a trabajar en un hotel. Después de varios empleos, tuvo la ocasión de trabajar en el puerto como estibador y allí comenzó su romance con el mar. Al cabo de un tiempo, y gracias a las enseñanzas de su madre, consiguió llegar a ser timonel.
Al comienzo de la Guerra de Secesión fue reclutado por los confederados como timonel del Planter, un antiguo barco de vapor algodonero reconvertido en buque de transporte de tropas y armamento. Robert no iba a desaprovechar aquella oportunidad, junto a otros esclavos que formaban parte de la tripulación del Planter, y después de estudiar durante un tiempo los movimientos de los oficiales al mando -lógicamente, blancos-, idearon un plan para escapar y algo más… Robert se dio cuenta que después de un largo viaje a los oficiales les gustaba de bajar a tierra y desentumecer sus castigados cuerpos con alcohol y con alguna muchacha del lugar -incumpliendo las ordenanzas que obligaban a permanecer como mínimo a un oficial siempre a bordo-. La noche del 13 de mayo de 1862, tras regresar de una larga travesía, los oficiales abandonaron el barco y las familias de Robert y del resto de esclavos, escondidas en el puerto a la espera de la llegada del barco, subieron a bordo. Robert se puso un uniforme del capitán y el sombrero de paja que siempre llevaba a bordo y dirigió el barco a la salida del puerto. Para poder salir todavía tenían que pasar el control establecido en Fort Sumter, un fuerte situado en una isla a la entrada de la bahía de Charleston y cuyo bombardeo por parte de los confederados el 12 de abril de 1861 fue el primer acto de la Guerra de Secesión.
Al amparo de la noche, con la ropa del capitán y conocedor de las señales oportunas, los centinelas franquearon el paso al grito de…
Sale el Planter
En mar adentro, las familias bailaban y cantaban pero Robert sabía que todavía estaban en peligro… el bloqueo de la Unión. El 19 de abril de 1861, Abraham Lincoln estableció el bloqueo naval de las costas de los estados confederados para impedir el paso de armas y suministros. Robert cambió la bandera confederada por una sábana blanca con la esperanza de que los barcos de la Unión no disparasen. El primer barco con el que se encontraron fue el Onward que los conminó a rendirse. Cuando el capitán del Onward subió a bordo, Robert rindió el barco a la Unión con todo su contenido: cuatro piezas de artillería y un libro de códigos para mensajes. Además, informó de todas las defensas del puerto de Charleston y de las fuerzas con las que contaban los confederados en aquella zona. Este era el plan de Robert, conseguir la libertad y, además, entregar el barco a la Unión. Al barco se le cambió la bandera y los esclavos y sus familias obtuvieron la libertad. La hazaña de Robert Smalls fue el empujón definitivo para que el ejército de la Unión aceptase a los afroamericanos para combatir como soldados -hasta ese momento sólo se ocupaban de labores de intendencia y transporte-.
Cuando terminó la guerra, y con la gratificación económica recibida por su heroicidad, Robert se compró la casa del que había sido su amo en Carolina del Sur. Después de ocupar varios cargos políticos en Carolina del Sur, en 1874 fue elegido miembro de la Cámara de Representantes de los EEUU.
Cumplió su particular «sueño americano».
Un saludo.
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Información Bitacoras.com
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Esta historia me recuerda aquello de…Roma no paga a traidores.
Los únicos traidores fueron los oficiales blancos que dejaron abandonado un buque militar. Robert no era traidor a un país que no era el suyo.
El ejército confederado disponía de 65000 soldados negros inscritos libremente para defender su país. Las unidades de ejército eran multiraciales. El soldado negro y el blanco tenían un salario similar de 11 dólares, mientras en el norte el negro cobraba 10 con descuentos, que lo dejaba en 7 y el blanco cobraba 13 sin descuentos. Esto es historia. Lo demás son cuentos.
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No sólo compró la casa de su antiguo amo, también acogió en ella a la esposa de éste, Jane Bond McKee, anciana, viuda y arruinada, hasta que murió
Es un detalle que no conocía y que hace más humana la historia de Robert Smalls. Gracias
Si lo que pone Iakob es cierto ese echo le honra.
Hola, Javier.
Menuda historia la de este hombre. Espectacular y digna de película. Debería rodarse una al igual que deberían hacer películas sobre un montón de historias apasionantes y poco o nada conocidas. Si les hubiesen dicho a él y a su familia, siendo niño, dónde llegaría, no se lo hubiesen creído.
Menuda ironía del destino o de la vida acabar comprando la casa del que había sido su amo. Increíble.
Un saludo desde Oviedo y felicidades de nuevo. Muy interesante.
Hey Luis, pues me ha saltado la curiosidad a mí también y en este articulo parece que lo certifican:
«After the war, Smalls returned to Beaufort, bought his former master’s house, and moved his family and mother into it. Jane Bond McKee, his former master’s wife (and a widow, by then), was allowed to live there till she died. In 1865, he became a Republican and was voted to the South Carolina House of Representatives. He became a senator in 1871, and a member of the US Congress in 1884.
»
https://m.warhistoryonline.com/american-civil-war/the-slave-who-stole-a-confederate-ship.html