Nos situamos en el año 1805, el 21 de octubre, en la bahí­a de Cádiz frente al cabo Trafalgar.

Tiene lugar la batalla de Trafalgar, que enfrenta a la armada inglesa, dirigida por el almirante Nelson, con la franco-española, capitaneada por Villeneuve. La mejor preparación de la flota inglesa, el ingenio de Nelson, la torpeza de Villeneuve y la nula cohesión de la flota franco-española dan la victoria a los ingleses.

Nos vamos a centrar en lo ocurrido en el barco español Neptuno. Dirigido, en Trafalgar, por Don Cayetano Valdés se metió de lleno en la batalla, junto al Intrepide francés para socorrer al buque del almirante Villenueve, siendo ambos rendidos tras la brutal lucha. El Neptuno, desarbolado, queda varado en el Puerto de Santa Marí­a. Desde tierra se intenta llegar hasta el barco para rescatar a los supervivientes, pero el fuerte oleaje impide a los botes acercarse al barco.

Y aquí­ es donde el ingenio español juega su baza. Se decide, no se sabe quién tuvo la brillante idea, atarle una cuerda a la pata de un cerdo que llevaban en la nave y lanzarlo al mar. A duras penas el cochino llegó a tierra y mediante la cuerda atada a su pata los botes pudieron llegar hasta el barco y rescatar a los supervivientes.

Nada más se sabe de este cerdo salvavidas, pero no conozco ninguna plaza, calle o monumento en la provincia de Cádiz a ningún cerdo. Así­ que…