Si buscamos la primera gran civilización europea tenemos que irnos a la isla de Creta, donde se desarrolló la cultura cretense o minoica. Ya fuese por desastres naturales, asimilación, conquista o, simplemente, porque todo lo que empieza tiene un final, alrededor de 1600 a.C empieza a expandirse por el continente (península del Peloponeso) la civilización micénica, que acabará por desbancar a la minoica. ¿Y qué paso con los micénicos? Pues que entre 1200 y 1100 a.C, además de algún desastre natural y puede que también ciertas revueltas internas contra el poder establecido, aparecieron los llamados Pueblos del Mar, una confederación de indocumentados de diferentes nacionalidades -de los que solo conocemos sus tropelías- que asaltaron y arrasaron las poblaciones costeras de lo que hoy sería Grecia, el Creciente Fértil y Anatolia, acabando con la civilización micénica, el imperio hitita (Anatolia) y poniendo en jaque al Egipto faraónico. Y por si esto no fuera poco, al mismo tiempo o aprovechando el vacío dejado por los que huían de los Pueblos del Mar, otros pueblos indoeuropeos (dorios, jonios y eolios) llegaron desde el norte. Este totum revolutum provocó el comienzo de la llamada Edad Oscura.

Los restos arqueológicos de grandes construcciones desaparecen, la escritura se borra del mapa, ni rastro de las redes comerciales… fue como si el progreso se detuviese o, como mínimo, se tomase un respiro. Y aquí tendríamos que hablar del comienzo Antigua Grecia, el período de la historia griega que abarca desde la Edad Oscura hasta la Grecia Helenística, la cultura madre de la civilización europea.

La Edad Oscura supuso la ruptura en mil pedazos de las estructuras de poder monárquicas, y de aquel caos y el aislamiento geográfico impuesto por la orografía del territorio, surgieron los oikos. Aunque oikos se traduce como casa u hogar, su significado es más complejo, ya que engloba la familia en sentido amplio, la casa y el resto de propiedades (ganado, bienes muebles, inmuebles e incluso los esclavos), así como los jornaleros. Es, por tanto, una entidad económica que supone la base las sociedades de la época. De hecho, el termino economía viene del griego oikonomía, que se compone de oikos y némein (gestionar, administrar), y la economía es la gestión del hogar. Ya fuese por la necesidad de defenderse frente a terceros o por intereses comunes, tuvo lugar un proceso de unificación de estos oikos constituyendo una nueva organización política y territorial llamada polis o ciudad-estado. A este proceso los griegos lo llamaron sinecismo (de synoikismos, unión de varios oikos, “vivir juntos”). De esta forma, la Grecia arcaica estaba formada por una serie de unidades política, social y económicamente independientes (polis), con gran rivalidad entre ellas (la mentalidad homérica de los ciudadanos de orgullo patrio), pero con vínculos comunes entre toda esta mezcolanza étnica, como la lengua -con los dialectos propios de cada pueblo-, la cultura y la religión.

Según Aristóteles, la polis es un conjunto de oikos unidos para el bienestar de las personas.

¿Sabías que política deriva de la palabra polis, ciudad?

Aunque hoy en día, como decía Groucho Marx, “la política es el arte de buscar problemas, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”, la palabra política deriva de polis, así que podemos decir que, en origen, era todo lo relativo a la vida en la ciudad. También tenemos politiké, el arte de vivir en sociedad, y polites, ciudadano.Y remataremos con politikos, lo relativo a la polis y a sus ciudadanos, como sinónimo de social. Aristóteles decía que el hombre es un zóon politikon, significando que el hombre es un animal social, que vive en un estado o ciudad sujeto a leyes.

¿Y quienes eran los idiotas?

Según la RAE, “idiota” se define como tonto o corto de entendimiento, también como engreído, pero etimológicamente deriva de la palabra griega idiótes, que significa lo privado, lo personal. Así que, en origen, el idiota era el que solo se ocupaba y preocupaba de sus intereses privados y particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos (política). Los griegos daban tanta importancia a la vida pública que idiótes se utilizaba como una palabra despectiva.

Los siglos VIII y VII a.C vieron la consolidación y el crecimiento de las polis (Atenas, Esparta, Tebas, Corinto, Olimpia, Mileto, etc) y, como era de esperar, llegaron los primeros problemas. Debido a la pobreza del terreno y las dificultades orográficas, al aumento de la población, a los disturbios sociales y a los intereses comerciales, las polis, recelosas de su independencia, iniciaron un proceso de colonización marítima (más que una conquista, se podría decir que fue un proceso gradual de expansión propiciado por los agravantes citados). Descontentos políticos, emprendedores comerciales y campesinos sin tierras establecieron una serie de nuevos asentamientos griegos desde el Mar Negro hasta el Mediterráneo occidental, en forma de colonias comerciales (apoikia, apo-, fuera, del oikos-), o de propias polis (Siracusa, Tarento, Emporion, Masalia…), con cierta vinculación a la metrópoli (“ciudad madre”) pero igualmente independientes.

Evolución política de las polis 

Siglo VIII a.C. Basileus (autoridad política, religiosa y militar), el Consejo, formado por los aristoi (“los mejores», los jefes de los oikos, propietarios de la mayor parte de las tierras), y la Asamblea (foro de debate reunido en el ágora donde los polites tratan los asuntos de la ciudad). El basileus, sabiendo el posicionamiento del Consejo y el sentir del pueblo (a través de la Asamblea), tomaba las decisiones.
Siglos VII y VI a.C. Los aristori (de donde procede aristocracia) van restando funciones al basileus hasta monopolizar todo el poder. Pasamos de una monarquía a una oligarquía (el poder en manos de unos pocos). Este grupo de “elegidos”, que tenía carácter hereditario, se reparten las funciones políticas, religiosas, militares y judiciales mediante el nombramiento de magistrados de entre sus miembros (llamados, por ejemplo, arcontes en Atenas y éforos en Esparta).

Modelo social de las polis
-Tres grupos sociales: ciudadanos (polites), con todos los derechos; metecos (extranjeros), libres pero sin derechos; y esclavos (prisioneros de guerra y por deudas), sin libertad y sin derechos.
– Las mujeres, al estar sometidas al hombre (padre o marido), no tienen derechos. De hecho, el género marca el lugar en la sociedad: espacios domésticos, propios de las mujeres, y los espacios públicos, para los hombres. Incluso dentro de las viviendas tenían su propio espacio cada uno: andros, para los hombres, y gineceo, para las mujeres.
– La ciudadanía la otorga la pertenencia a una familia y la transmite la “sangre”, no el hecho de vivir en una polis. La unidad básica de la sociedad es la familia (representada por el hombre) y no el individuo.
– La identificación con la polis era tan fuerte que la peor condena para un ciudadano era el destierro (ostracismo).

Lógicamente, la evolución política de cada una de las polis fue diferente, pero hasta el siglo VI a.C esté fue el recorrido más común. Igualmente, el tamaño de la polis era variado, marcado por la economía y la geografía, pero generalmente eran de poca extensión, siendo Atenas la más grande con 2.600 km² y, en el extremo opuesto, tenemos a la isla de Ceos, de 173 km², en la que había 4 polis. donde encontraremos la primera gran civilización europea

Fuente: He visto cosas que vosotros no creeríais