¿Es el enemigo? ¿Ustedes podrían parar la guerra un momento?… ¡Que si pueden parar la guerra un momento!
Así comienza el monólogo ¿Es el enemigo? del gran maestro del humor Miguel Gila. La guerra es uno de los temas más tratados por Gila, en sus monólogos y en sus viñetas, ya que las vivencias que tuvo en la Guerra Civil Española marcarían su vida y su humor.
Pues algo así, entre lo absurdo y lo cómico, fue el papel de San Marino en la Segunda Guerra Mundial.
Con sus poco más de 30.000 habitantes y sus 61 km cuadrados de superficie, la pequeña república de San Marino, la más antigua del mundo y un ejemplo sobreviviente de las ciudades-Estado que dominaron el centro y el norte de la península itálica durante el Medievo, ha sabido nadar y guardar la ropa durante siglos. Exceptuando dos momentos puntuales de la historia y durante un corto espacio de tiempo -en 1503 y en 1739- han mantenido su independencia mostrando su gran oficio en el campo de la diplomacia. Hasta que llegó la Segunda Guerra Mundial…
A pesar de que cuando estalló la Segunda Guerra Mundial el órgano de gobierno de San Marino, el Consejo de Estado, estaba formado mayoritariamente por facistas afines a Mussolini, se mantuvieron neutrales. Unos y otros respetaron su decisión y San Marino se convirtió en un refugio seguro para los habitantes de las áreas circundantes. Con una población de unas 15.000 habitantes, dio asilo a más de 100.000 refugiados. Desafortunadamente, el 26 de junio de 1944 aquel reducto de paz en un mundo en guerra fue bombardeado. Creyendo que había tropas alemanas acantonadas en el territorio sanmarinense, la RAF (Real Fuerza Aérea Británica) bombardeó el pequeño país. Totalmente desprevenidos, la población y los refugiados no corrieron a refugiarse y las bombas causaron la muerte de 35 personas. La actividad diplomática del país se hizo más intensa después de este episodio para garantizar que no se volviera a violar su neutralidad. Sin embargo, los intentos diplomáticos fueron en vano cuando, en septiembre del mismo año, los alemanes ocuparon el país para detener el avance de los aliados. Aunque el progreso de las tropas aliadas era incuestionable, las diferentes líneas de defensa alemanas (Gustav. Gótica…) hacía que los territorios se ganasen o perdiesen dependiendo de ofensivas y contraofensivas de unos y otros. Lo que digo lugar a una situación propia del monólogo de Gila.
La ofensiva aliada para atravesar la línea Gótica obligó a los alemanes a retirarse de San Marino. Pensando que todo estaba hecho, los sanmarineses se vinieron arriba, rompieron la neutralidad y declararon la guerra a Alemania. A los pocos días, la contraofensiva alemana hizo que los aliados tuvieran que replegarse. Aunque los alemanes no llegaron hasta San Marino, les entró el «miedito» y volvieron a declararse neutrales. Además, pensando que no tenían tiempo para formalidades, lo hicieron… ¡por teléfono! Así que, igual el ¿Es el enemigo? de Gila no era tan absurdo.
No Comment