A lo largo de la historia los británicos han invadido casi el 90 por ciento de los países de todo el mundo, para lo que han necesitado ser una potencia naval. Hacer frente a los intentos de conquista sufridos por ellos mismos, hostigar al resto de potencias que podían hacerle frente, conquistar buena parte del mundo conocido y mantener un imperio colonial de esta magnitud y, sobre todo, durante tanto tiempo, requiere una numerosa flota, los mejores barcos de cada época, capitanes con la pericia de los lobos de mar, tripulaciones intrépidas… y unos cuantos litros de cubata. Antes de que los puristas me crucifiquen, aclararé que llamo cubata a un combinado de ron.

Piratas_ron

Cuando los árabes nos regalaron la destilación y el alambique, se consiguieron bebidas con mayor contenido de alcohol que las elaboradas por fermentación (vino o cerveza). Tal era el alcohol que contenían -hasta cerca de 50º- que incluso podían arder, por lo que se les llamó aqua ardens (agua ardiente). El éxito de estas bebidas espirituosas (whisky, brandy, ron…) se debió a que se podían elaborar en casa con productos agrícolas locales y que, para poder hablar con los dioses cara a cara, se necesitaba menos cantidad que con el vino o la cerveza (máx. 15º). Y como el protagonista de esta historia son «los cubatas ingleses», nos centraremos en el ron.

El auténtico ron caribeño es originario de Barbados, cuando en la primera mitad del XVII el inglés Richard Ligon trajo la caña de azúcar de Brasil para sustituir a las deficitarias plantaciones de tabaco. Con el nuevo cultivo, se hizo necesario traer los esclavos que lo trabajasen y, ya puestos, también el brandy de caña (bebida elaborada con la caña de azúcar y luego destilada). Para no perder parte de la producción de azúcar en la elaboración del brebaje, en Barbados utilizaron para la elaboración la melaza (producto líquido y espeso derivado de la caña de azúcar obtenido del residuo restante en las cubas de extracción de los azúcares) y refinaron la bebida (la destilaron más veces y aumentaron su contenido en alcohol). Lo llamaron kill-devil (matadiablo). Para el nombre de ron habría que esperar hasta 1651 cuando un inglés lo denomino rumbullion, tal y como se denominaba en los bajos fondos de Inglaterra a las peleas callejeras -supongo que tendría que ver con los efectos que provocaba el consumo en exceso de aquella bebida-. Y del rumbullion al rum y a nuestro ron.

El ron se hizo muy «popular» entre la población local porque era muy potente y barato (al no mermar la producción de azúcar se podía vender a bajo precio), además de utilizarse para tener «controlados» a los esclavos (igual que años más tarde harían los estadounidenses con el whisky y los indios nativos). El hecho de que la cerveza, el vino o el agua se estropeasen en las largas travesías hasta África, cosa que no ocurría con el ron, hizo que los marineros de los barcos esclavistas se pasasen al ron. Cuando los comerciantes de esclavos del continente africano conocieron las «virtudes» del nuevo brebaje, exigieron que parte de sus honorarios se pagasen en toneles de ron… el triángulo azúcar-esclavos-ron se convirtió en la base de la economía de Barbados y de todo el Caribe. La Royal Navy, siempre atenta para mejorar las condiciones de sus tripulaciones, sustituyó en sus barcos la tradicional ración de cerveza por el ron.

Edward Vernon

Edward Vernon

Ahora que ya tenemos el ron triunfando por todo el Caribe y en los barcos que surcaban sus aguas -incluidos piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros-, vamos a por el cubata. Algo de lo que no hemos hablado todavía es del sabor del ron… era fuerte y no muy agradable. Así que, Edward Vernon, oficial de la Royal Navy en la primera mitad del XVIII, se le ocurrió suavizar su sabor añadiendo azúcar y zumo de lima. A aquel primer cubata se le llamó grog en honor a su inventor -el apodo de Vernon era Old Grog debido a su chaqueta grogram, hecha de seda mezclada con lana y goma-. Desde aquel momento, y sin saberlo, los barcos de la Royal Navy del Caribe tenía un remedio para el escorbuto (carencia de vitamina C), una de las principales causas de mortalidad de los marineros que, en parte, se palió por la lima del cubata. Lamentablemente, este detalle no se tuvo en cuenta y todavía habría muchas muertes hasta que en 1795 la Royal Navy obligó a llevar cargamentos de limas en todos sus barcos. Por eso, a los marineros británicos se les llamaba limeys. El resto de países, con vino, cerveza, brandy o whishy, poco podían hacer frente al escorbuto.

Fuente e imágenes: La historia del mundo en seis tragos – Tom Standage, Mitos piratas