Sí, estáis leyendo bien, no es un error, dice «menstrual». En 1965, Nicolae Ceaucescu fue elegido secretario general del Partido Comunista Rumano (PCR), convirtiéndose en el dictador de su país. Junto a su mujer, Elena, y varios miembros de su familia estableció un férrea y brutal dictadura. Una de las medidas establecidas por el dictador fue la prohibición del aborto:

El feto es propiedad de toda la sociedad. Cualquiera que evite tener hijos es un desertor que renuncia a las leyes de la continuidad nacional.

Había 2 excepciones: madres con más de cuatro hijos y las mujeres con cierta posición en la estructura del PCR. El control era tan estricto que funcionarios gubernamentales, la policía menstrual como la llamaban la mujeres trabajadoras, se presentaban sin previo aviso en los lugares de trabajo para repartir pruebas de embarazo (algo así como los controles antidoping actuales, pero aquí no se castigaba el positivo). Si una mujer no se quedaba embarazada durante un cierto periodo de tiempo, debía pagar «el impuesto de celibato».

Lógicamente, la tasa de natalidad se duplicó en poco más de un año.

Fuente: Freakonomics  – Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner