El proceso de descolonización e independencia de las colonias europeas extendidas sobre los pueblos afroasiáticos se produjo a través de un largo proceso, que se extiende desde el periodo de entreguerras hasta le último tercio del siglo XX: primero, en el mundo árabe; después, entre los países de Asia, y, por último, en Africa. El naciente Tercer Mundo, al que la descolonización dio origen, se caracteriza por el problema del subdesarrollo económico, las desigualdades y las tensiones sociales, la tendencia a la no alineación en la actividad internacional, la diversidad de los sistemas políticos, que oscilan desde los socialismos revolucionarios y nacionalistas hasta los militarismos autoritarios y las dictaduras oligárquicas, la búsqueda de la identidad cultural y los intentos de mantenimiento del poder capitalista occidental sobre los nuevos países independientes (La descolonización como problema histórico – José U. Martínez Carreras).

A esta acertada descripción de la descolonización (hecha en África con escuadra y cartabón) me atrevería añadir que dicho proceso fue el responsable de muchos de los problemas endémicos de África. Así que, antes de juzgar por las noticias de hoy y los estereotipos y prejuicios que pesan sobre África, habría que conocer su historia antes de que los europeos la profanasen, porque en el siglo XIII ya tenían una Constitución, la primera Declaración de los Derechos Humanos, igualdad entre sexos, divorcio, leyes que protegían el medio ambiente y los animales… derechos que en los países colonizadores europeos todavía tardarían varios siglos en reconocerse.

En el siglo XII, el antes dominante Imperio de Ghana se había derrumbado debido a las repetidas invasiones de los almorávides. Los pequeños estados vecinos guerrearon para llenar el vacío de poder, hasta que Sumanguru Kanté, el rey de los sosso, invadió la capital del Imperio de Ghana y siguió conquistando territorios hasta el Manden, llamado así por ser el área ocupada por los mandenkas/mandinkas/mandingas (manden ka, la gente del Manden) y que abarcaba gran gran parte de lo que hoy es Guinea y Mali. En 1235, el príncipe exiliado Sundiata Keita de Manden organizó una coalición de reinos pequeños para oponerse al poder cada vez mayor de los sosso. Los ejércitos se enfrentaron en la región de Koulikoro (en el Malí actual) y las fuerzas de Sundiata Keita derrotaron a Sumanguru Kanté. A raíz de aquella victoria, Sundiata Keita se proclamó mansa (emperador) de los mandingas y fundó el poderoso Imperio de Malí, que controlaría la mayoría de África Occidental durante varios siglos.

Tras la victoria, había que organizar el territorio y dotarlo de un cuerpo de leyes. Así que, en 1236 el emperador y su consejos de sabios, reunidos en asamblea en Kurukan Fuga (Mali), proclamaron la Carta del Manden, la Carta Magna del Imperio de Mali y una de las constituciones más antiguas del mundo. Consta de un preámbulo y 44 artículos divididos en siete capítulos en los que se proclaman: la paz social en la diversidad, la inviolabilidad del ser humano, la educación de las personas, la integridad de la patria, la seguridad alimentaria, la abolición de la esclavitud por razia y la libertad de expresión y comercio. Os dejo algunas perlas que demuestran que en cuestión de derechos y libertades nos llevaban siglos…

Todos tienen derecho a la vida. Una vida no es superior a otra.
El respeto al otro es la regla, y la tolerancia debe ser el principio.
La vanidad es una muestra de la debilidad y la humildad de la grandeza, trataremos las dificultades juntos y ayudaremos a los que nos necesiten.
Nunca ofendas a las mujeres, son nuestras madres. Las mujeres, además de sus ocupaciones diarias, deben colaborar en todos nuestras gestiones (igualdad entre sexos).
Respeta la familia, la amistad y la vecindad.
No humilles al enemigo, pues el hacerlo se considera cobardía.
La educación de los pequeños recae en el conjunto de la sociedad. Cualquiera debe cuidar y corregir a los niños.
Las mentiras que duran 40 años se deben mirar como verdades: no se admiten denuncias antiguas (prescripción de los delitos)
Nadie colocará en adelante la mordaza en la boca de su semejante para ir a venderlo. La esencia de la esclavitud se extingue en este
día.
El espíritu vive de decir lo que tiene deseo de decir (libertad de expresión).
El divorcio es legal, y se concede a petición de uno de los esposos, por causas determinadas: locura de uno de los esposos, la incapacidad del marido para asumir sus obligaciones (procurar sustento), no cumplir los deberes conyugales y faltar al respeto debido a los suegros.
Respeta la palabra de honor.
Hay cinco maneras para obtener la riqueza: compra, donación, intercambio, a través del trabajo y la sucesión. El resto de las formas son ilícitas. Hay una excepción: satisfacer el hambre no es hurto, se consiente el coger sólo lo indispensable para paliar el hambre.
Hay que preservar los bosques para la felicidad de todos. Antes de prender fuego a un arbusto, levanta tu cabeza y mira a la copa de los árboles (protección del medio ambiente).
Los animales domésticos deben ser encerrados solo temporalmente o según lo necesario para la agricultura, y liberados después de las cosechas.
Todo el que infrinja estas reglas será castigado. Cada cual está a cargo de velar por su cumplimiento (igualdad ante la ley)…

Pese a la desaparición del Imperio de Mali, las palabras de la Carta y una serie de ritos conexos se siguieron transmitiendo de generación en generación, en forma codificada y oral, gracias a los griots (los trovadores de África Occidental). Para mantener viva esta tradición, todos los años tienen lugar ceremonias conmemorativas de la histórica asamblea en la aldea de Kangaba, adyacente al vasto claro de bosque de Kurukan Fuga que está emplazado actualmente en el territorio del Malí, cerca de su frontera con Guinea. En 2009, la Carta del Mandén, proclamada en Kurukan Fuga, fue inscrita en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

Nos sonrojaríamos si comparásemos las leyes recogidas en la Carta del Manden con las vigentes en Europa en el siglo XIII… e incluso con las de hoy en día.

Fuentes: El sistema africano de protección de los derechos humanos, La Carta del Manden,