Herodoto está considerado como el padre de la historia. Sin embargo, su trascendencia va más allá de la simple narración de hechos; sus intereses abrazaban distintas áreas como la filosofía, la geografía, la biología o la antropología. Nacido en Halicarnaso hacia el año 485 a.C. en el seno de una familia aristocrática, la vida del joven Herodoto cambió radicalmente cuando fue desterrado por participar en una conspiración contra el gobierno de su patria. Comenzó desde entonces una larga etapa de viajes en los que conoció la isla de Samos, Susa, Babilonia, Egipto, Atenas, Turios (sur de Italia)… recopilados en su obra de nueve tomos Historiae, a caballo entre una crónica de la historia y del periodismo de viajes. Así que, si a Heródoto también se le podría considerar el padre del periodismo de viajes, las guías de viajes de la Antigüedad bien podría haber sido el periplus, documento manuscrito que enumeraba los puertos y lugares de interés de la costa con las distancias aproximadas, y el itinerarium, hoja de ruta en forma de lista de ciudades, pueblos y otras paradas con las distancias entre ellas, ya fuese el viaje por mar o por tierra.

Así era el mundo según Herodoto

Lo que habría pagado el bueno de Herodoto y, sobre todo, los emperadores romanos por tener a mano TIR-FOR, un proyecto patrocinado por la Unión Académica Internacional (UAI), y en el que colaboran expertos de diversos países, para desarrollar el primer mapa digital al detalle sobre la Antigua Roma, un auténtico Google Maps del Imperio romano. El objetivo de este proyecto es elaborar la cartografía de síntesis y de detalle del Imperio romano, dentro de los proyectos Tabula Imperii Romani (TIR) y Forma Orbis Romani (FOR), produciendo una nueva metodología unificada, informatizada, con una base de datos común para todos los países y conectada con un sistema de información geográfica (SIG). Según indica el investigador español Pau de Soto, «las fichas tienen desde la información geográfica básica —coordenadas, municipio y los datos administrativos de época romana, como la provincia y el conventus al que pertenecía— hasta información cronológica, tipológica y de elementos». Por ejemplo, de una ciudad se indica qué categoría alcanzó y qué construcciones contenía —teatros, circos, muralla, casas, basílica cristiana, etcétera—. Cada entrada cuenta también con una descripción del sitio y una bibliografía. El sistema informático permite combinar búsquedas temáticas para generar mapas concretos, como el de todos los anfiteatros erigidos entre los siglos I y II o las ciudades que tuvieron murallas.

Aunque el mapa todavía está en una fase inicial, ya se puede navegar por las zonas de Cataluña y Baleares, el norte de Italia y Rumanía y consultar los yacimientos y otros vestigios.

Además, hoy os quería presentar «En el nombre de Roma» (Editorial Pie de Página), una biografía novelada de Julio César, en la que el autor, José Barroso, sin dejar de lado sus gestas, ha pretendido hacer hincapié en cuestiones que normalmente se dejan más de lado cuando se investiga esta figura histórica, como su infancia y los personajes que lo rodearon e influyeron de manera decisiva en forjar a este gran personaje.  Y ya puestos, vamos a sortear un ejemplar del libro entre todos los que comenten o compartan esta entrada.