Durante siglos, las castas han dictado casi todos los aspectos de la vida religiosa y social de la India, y cada grupo ocupa un lugar específico dentro de la sociedad compleja y jerarquizada. Los dalit o “intocables” son los miembros más pobres y discriminados de la sociedad de castas. Y Nangeli, como habréis podido imaginar, era una dalit.
Nangeli vivía con su esposo Chirukandan, lógicamente también dalit, en Cherthala, una pequeña población costera del reino de Travancore (hoy, estado de Kerala al sur de la India). Unas redes y una cabaña eran sus únicas posesiones. Por su condición de intocables tenían muchas obligaciones e impuestos que pagar, entre ellos el mulakkaram, el impuesto de los pechos que las mujeres dalit tenían que pagar si querían cubrirse los pechos. Además de llenar las arcas de las clases superiores, este impuesto servía para mantener la estructura de castas, ya que el torso desnudo era una señal de respeto hacia las castas superiores y, de esta forma, también podían identificarse simplemente por la forma en que se vestían. La ropa marcaba la identidad social, y la parte superior asumió un papel simbólico. Aún así, pagando te podías tapar.
Las jóvenes adolescentes dalit recibían la visita del funcionario de turno y establecía el impuesto que deberían pagar durante toda su vida si deseaban cubrirse. Y Nangeli, indignada y humillada por aquella injusticia que sólo obligaba a las mujeres de su casta, un buen día, a comienzos del XIX, dijo basta. Se paseó por las calles de su pueblo con los pechos tapados sin haber pagado previamente el impuesto. Como era de esperar, algún vecino de su pueblo la denunció y recibió la visita del recaudador del reino. Le requirió el pago del impuesto y ella se negó. Tras amenazarla con el castigo correspondiente para aquella infracción, Nangeli cogió un machete y, delante de sus narices, se cortó los pechos y se los entregó en una hoja de palma.
Si no tengo pechos, no tengo que pagar el mulakkaram
El funcionario, aterrado, salió corriendo. Cuando Chirukandan regresó a casa, encontró el cuerpo de Nangeli en un charco de sangre. Había muerto desangrada, pero su sacrificio no fue en vano. La noticia corrió como la pólvora por todo el reino y muchas mujeres de las castas inferiores se revelaron contra el pago del impuesto, en lo que se conoció como la revuelta Channar. Una revuelta que, reprimida en muchas ocasiones con brutalidad, las mujeres de las castas inferiores mantuvieron latente durante más de 30 años hasta conseguir su objetivo. La rebelión había alcanzado tal envergadura que el gobierno británico y los misioneros cristianos presionaron al gobierno de Travancore para que cediese. Y lo hizo en en 1859. Tratando de contentar a todos, se permitió a las mujeres dalit cubrir sus pechos sin pagar ningún impuesto, pero se mantuvo la restricción de que no podían imitar el modo de vestir de las mujeres de las castas privilegiadas.
Cherthala llegó a ser conocida como Mulachiparambu, “la tierra de la mujer de los pechos”.
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