El 4 de agosto de 1914 Herbert Henry Asquith, el Primer Ministro británico, declaró la guerra al Imperio alemán. El veterano de las guerras coloniales Horatio Kitchener, nombrado Secretario de Estado de Guerra, se encontró con un ejército escaso y con la sorpresa de que Gran Bretaña era la única de las grandes potencias europeas que tomaron parte en la Primera Guerra Mundial que no tenía un sistema de reclutamiento establecido. Su ejército, compuesto por algo más de 700.000 hombres incluyendo los reservistas, era suficiente para defender los territorios coloniales y el propio país, pero a todas luces insuficiente para la Gran Guerra. Aunque Kitchener no comulgaba con la idea generalizada de que sería una guerra corta -se hablaba de que terminaría antes de Navidad-, tuvo que dejar a un lado su idea inicial de establecer el reclutamiento forzoso y por tramos de edad y centrarse en el reclutamiento únicamente de voluntarios.
Con el consejo de Henry Rawlinson, con quien había coincidido en la Segunda Guerra de los bóeres y que más tarde se pondría al frente de las fuerzas británicas en Francia, Horatio Kitchener inició una campaña para reclutar 500.000 voluntarios… y con la guerra ya comenzada. Se empapeló todo el país con carteles en los que, utilizando la imagen de Horatio Kitchener, se «invitaba» a los patriotas británicos a alistarse.
Lo ocurrido en la oficina de reclutamiento instalada en el distrito financiero de Londres marcaría el proceso a seguir: con los allí inscritos se formó el 10º Batallón de Fusileros Reales, el llamado Stockbroker’s Battalion (Batallón de los Corredores de Bolsa)… porque todos los inscritos eran corredores de bolsa. Aquella circunstancia no pasó desapercibida para Edward Stanley, conde de Derby, y captó el mensaje: los hombres estaban más dispuestos a alistarse si podían servir junto a sus familiares, amigos, vecinos e incluso compañeros de trabajo, ya que, al vínculo patriótico, se añadía el vínculo familiar o de amistad. Así que, solicitó permiso para repetir la operación en Liverpool y crear los llamados Battalions of Pals (Batallones de Amigos) ofreciendo a los voluntarios que lucharían juntos y, además, el período de instrucción lo harían en sus ciudades o pueblos comiendo y durmiendo en sus casas. En pocos días, en Liverpool se habían alistado suficientes hombres para formar cuatro batallones. Debido al éxito, este sistema de reclutamiento se extendió por todo el país.
A mediados de septiembre, 500.000 hombres se habían ofrecido como voluntarios y se constituyeron decenas de Battalions of Pals. Además de los batallones creados por áreas geográficas (ciudades, pueblos o barrios), formados por familiares, amigos y vecinos, se constituyeron otros específicos, como el Batallón de los Deportistas -el 24º de Fusileros Reales formado por deportistas, retirados y en activo, y periodistas del mundo del cricket, golf, boxeo o fútbol-; Batallón de los Tranvías de Glasgow; Batallón de los Comerciantes de Hull; Batallón de Maestros de Londres…
A pesar de que los oficiales fueron traídos de otros lugares, que las bajas se cubriesen con soldados que nada tenían que ver con ellos y de que en la batalla tenían que integrarse o luchar con otras unidades, la atmósfera de camaradería y solidaridad se mantenía entre los Battalions of Pals… pero el precio que iban a pagar era muy alto. Batallas como la del Somme en 1916, una de las más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, iban a marcar el futuro de estos batallones… y el de sus lugares de origen.
El 1º y 2º Bradford Pals sufrió 1.770 bajas de un total de aproximadamente 2.000 hombres (¡¡¡en la primera hora de combate!!!); el 15º Leeds Pals perdió 750 hombres de 900 que lo formaban; el 11º Accrington Pals 584 de 720…
Estas pérdidas afectaban no sólo a sus unidades sino también a sus comunidades de origen. Familias que perdieron a todos sus miembros, barrios enteros vieron desaparecer a la mayoría de sus jóvenes en un solo día… Tras aquel desastre, algunos batallones fueron disueltos y del resto sólo quedó el nombre. Aunque a principios de 1916 alrededor de dos millones de hombres se habían alistado voluntariamente a través de los Battalions of Pals, el entusiasmo disminuyó a medida que aumentaron las bajas, y en marzo se introdujo el reclutamiento obligatorio.
Fuentes: The Pals Battalions, Losses suffered by Pals brigades at Somme
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Quizas el hecho de ser amigos facilitase el adentrarse en una aventura como la guerra, pero perdido el animo aventurero y convertido en el horror bélico, ser amigos solo podia ser una desventaja tanto táctica como de inteligencia y operatividad. Por cierto, un saludo me encanta tu web.
Mil gracias
Digamos que sirvió para el reclutamiento.
Mil gracias