Esa imagen que ha quedado grabada en nuestra retina de grandes bacanales en Roma en las que se comía y bebía como si no hubiese un mañana, y donde para poder seguir tragando los romanos se provocaban el vómito… es una leyenda urbana. Lógicamente no en lo referente a las bacanales, sino en lo relativo a los vómitos y al supuesto lugar donde se llevaba a cabo esta práctica –vomitorium– ayudados por una pluma para hacer cosquillas en la garganta.
Vomitoria (plural de vomitorum) eran las puertas o aberturas de los anfiteatros, circos o teatros de la antigua Roma para entrar y salir de las gradas. En el Coliseo había 76 vomitoria que permitían evacuar a 50.000 personas en tan solo 15 minutos. Entonces, ¿por qué ha llegado hasta nuestros días esta imagen de esos vomitoria?
La primera referencia, en este caso al término «vomitoria», no aparecerá hasta finales del siglo IV en Saturnalia. En esta obra, escrita por Macrobio, se relatan las conversaciones y diálogos de 12 eruditos romanos durante los tres banquetes seguidos que celebraron en las Saturnales. La referencia a los pantagruélicos banquetes y los vómitos la podemos encontrar en el Satiricón de Petronio, Vida de los doce Césares de Suetonio o en la Historia romana de Dión Casio. En estas obras, por ejemplo, el emperador Claudio siempre terminaba sus cenas hinchado por el exceso de comida y vino, y antes de acostarse utilizaba una pluma para provocarse el vómito; o el emperador Vitelio que, supuestamente, daba cuatro festines al día y que vomitaba entre uno y otro. El propio Séneca escribió…
Ellos vomitan para seguir comiendo, y comen de manera que luego puedan vomitar.
La realidad es que estos autores incluyeron estas historias para entretener a sus lectores y, sobre todo, para describir a emperadores y gentes de posibles guiados por la avaricia, la gula, el placer y la incapacidad de mantener el control… cómo para provocarse vómitos para seguir comiendo. El vómito era un tratamiento médico para los excesos, más que una práctica habitual, pero si coges una idea de aquí, un detalle de allá y lo maceras con imaginación… al final resulta que el vomitorium era el habitáculo donde los romanos se provocaban vómitos.
También contribuiría a esta idea errónea la publicación de la novela cómica Antic Hay (1923) de Aldous Huxley en la que, inspirándose en el banquete de Trimalción del Satiricón, se incluye literalmente el término vomitorium…
La puerta de su gabinete sagrado se abrió de golpe y entró, como un gótico en el elegante vomitorium de mármol de Petronio, una persona ojerosa y despeinada…
Así que, nada de provocarse vómitos para seguir comiendo y, mucho menos, que tuviesen algún habitáculo para ello.
Fuentes: The truth about the vomitorium, Vomiturium, la confusión de un término
Hola Javier, me encanta saber sobre la historia romana, estoy leyendo el libro Los Asesinos del Emperador de Santiago Posteguillo, muy bueno. Saludos.
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Hola Javier, entonces podría ser que el origen del nombre vomitoria se debe a que las puertas «vomitaban» a la gente rápidamente del coliseo?
Esa es la idea
Estimado Javier: Nuevamente debo felicitarte y agradecer por las importantes notas que subes al blog. Yo era uno de los que suponía cierto lo que tú resuelves en esta entrada.
No eras el único Eduardo.
Muchas gracias.
Estudié Historia hace años y me gustaría felicitarte por lo ameno, curioso e interesante que haces este blogspot. Además, de las ciento de historias que nos acercas, imposible no quedarse indiferente y seguir con las ganas de aprender, estudiar y compartir. Gracias
PD. Un poco más de historia de las mujeres 🙂
Hola Pepa.
Muchas gracias por tus palabras. Y ya que lo dices… en mi próximo libro (ya estoy en ello) las protagonistas serán las mujeres.
Saludos
No obstante, esa práctica del vómito concuerda demasiado perfectamente con las mal entendidas anécdotas de Dion Casi acerca de la costumbre del emperador Cómodo de exhibir asquerosidades durante las comidas que ofrecía a sus invitados, a fin de provocar ese vómito que les vaciaba para poder seguir comiendo. La costumbre existió, y cosa distinta es la etimología de la palabra «vómito».
Muy buen artículo. Gracias por la información.
He participado -no del todo por voluntad propia- en actividades religiosas para jóvenes en las que el sacerdote catedrático, siempre usa como ejemplo esa leyenda urbana para hablarles a los muchachos de los males de una vida excesos y de falta de abstinencia, pero conforme fui creciendo, madurando y conociendo cosas no muy agradables de mi vieja fe, se me ocurrió hacer esta búsqueda. También queda bastante obvio cómo a los miembros de la Iglesia Católica les encanta inventar y pregonar este tipo de mentiras para desprestigiar a todas las civilizaciones no judeo-cristianas, incluso a las que les deben su surgimiento, como en este caso, Roma.
Hola buenas tardes, antes que sea muchas felicidades por tu información, me agrado.
Una pregunta de qué obras sacas esa información específicamente.
Gracias.
Esta en concreto de mi libro «Los inventos de los antiguos»