No sabemos cómo era exactamente Cleopatra, la última reina de Egipto, pero sabemos que, si no excepcionalmente hermosa, sus artes de seducción eran muchas y complejas. Amante del lujo, la ostentación y las joyas, fue una apasionada del poder y de los placeres de boca; de la gastronomía y del sexo oral, al punto de que sus contemporáneos, la llamaron “la boquiabierta” y “la boca de los diez mil hombres”. Amante de los hombres más poderosos de su tiempo, primero Julio César y después Marco Antonio, del primero tuvo un hijo, Ptolomeo XV o Cesarión, y del segundo tres, los gemelos Cleopatra Selene II y Alejandro Helios, y Ptolomeo Filadelfo. Sus artes de seducción fueron muchas y complejas, porque, aunque en general se le atribuyera una belleza excepcional, distintos grabados y dibujos parecen indicar que sus encantos radicaban más en su compleja personalidad que en su aspecto físico. Así se desprende también del testimonio de Plutarco en su obra Vidas paralelas, donde puede leerse: “Se pretende que su belleza, considerada en sí misma, no era tan incomparable como para causar asombro y admiración, pero su trato era tal, que resultaba imposible resistirse. Los encantos de su figura, secundados por las gentilezas de su conversación y por todas las gracias que se desprenden de una feliz personalidad, dejaban en la mente un aguijón que penetraba hasta lo más vivo. Poseía una voluptuosidad infinita al hablar, y tanta dulzura y armonía en el son de su voz que su lengua era como un instrumento de varias cuerdas que manejaba fácilmente y del que extraía, como bien le convenía, los más delicados matices del lenguaje»(…) «Platón reconoce cuatro tipos de halagos, pero ella tenía mil”.
Seductora por el estómago al más tradicional estilo
Cleopatra, como tantas mujeres a lo largo de la historia, parecía estar convencida de que la gastronomía podía ser un arma eficaz de seducción y de que a los hombres se les conquista por el estómago, lo cual en personaje tan notable podría parecer muestra de simpleza y elementalidad.
Error garrafal a la luz de la ciencia nutricional contemporánea puesto que se sabe que el consumo de alimentos ricos en el aminoácido fenilalanina, como carne roja, huevos, garbanzos o espárragos, activa la producción de oxitocina, una hormona que actúa como neurotransmisor cerebral y que se ha venido en llamar «la molécula del amor» por su capacidad de inducir procesos fisiológicos que llevan al enamoramiento. Seguramente desconocedora de estas circunstancias pero cargada de intuiciones, Cleopatra se las arreglaba a su manera y así parece que su historia de amor con Marco Antonio se consolidó tras una apuesta gastronómica.
Menús de lujo, molicie y voluptuosidad
En los años sesenta del pasado siglo, en los textos de los libros de religión, asignatura lógicamente obligatoria en todos los cursos de la educación nacional-católica franquista, era frecuente que, no sabemos con qué fundamento, se evocaran las relaciones de Marco Antonio y Cleopatra señalando que: «vivieron en luctuosa mancebía» y «entregados al vicio, la molicie y la voluptuosidad«. De todo ello, quizá lo más cercano a los placeres de la mesa pueda ser la molicie, entendida esta como «comodidad o regalo excesivos», y en ello quizá tuvo mucho que ver la influencia de los banquetes griegos y romanos que llevaron a los egipcios poderosos de la época a poner en sus mesas platos como lenguas de diferentes pájaros, jabalí relleno de morcilla, lirones con castañas o hígados de oca bañados en leche y miel. Por otra parte, se cuenta que la pareja propició la creación de una de las asociaciones gastronómicas más antiguas de la historia, el Círculo de los Inimitables, un grupo de sibaritas que se organizaba en cacerías, banquetes de elevadísimo copete e incursiones ocasionales en barrios populares para conocer los arcanos de la culinaria plebeya. No obstante, la cocina del tiempo de Cleopatra se movía en otros estándares bastante más sencillos y menos epatantes.
Haman Mashi para la enamorada pareja
El hallazgo de algunos papiros encontrados en el oásis de Fayum, el más rico durante el reinado de Cleopatra, revelan valiosa información sobre la gastronomía de aquellos años y permiten aventurar un posible menú de cotidianidad en la mesa de la faraona, que probablemente compartiera en alguna ocasión con el enamorado triunviro. Probablemente el plato de referencia sería el Haman Mashi, pichón relleno de arroz o trigo verde, acompañado de verduras del tiempo, que ha llegado casi intacto hasta nuestros días en la culinaria egipcia. Después vendría una sopa de fríjoles y cebada, carne de caza asada, pescado del Nilo preparado al espeto, y pasteles de higos y nueves cubiertos de miel de abeja. Todo ello regado con vino griego y la tan egipcia cerveza.
En todo caso, en los menús de Cleopatra seguro que no faltaba la lechuga, que por aquel entonces era de una especie muy similar a la actual romana, aunque de hojas más alargadas. La hortaliza era considerada alimento sagrado y asociado a Min, dios de la fertilidad y de otras cosas varias, al que se representaba como un hombre negro o verde, pero siempre dotado de un prominente y erecto falo. Los antiguos egipcios consideraban la lechuga como afrodisiaco de primer orden, que enamoraba a los hombres y hacía fértiles a las mujeres. Desde esta percepción y con los intensos trajines de coyunda que se traía la pareja es fácil imaginar que siempre figuró en sus menús, cruda, aliñada con aceite de oliva y sal, y acompañada de las cebollas verdes y largas que aparecen en tantos jeroglíficos como materia de ofrenda a los dioses.
Halagos por debajo del estómago y destellos de bukkake
Volviendo a los mil halagos cleopatrinos de los que hablaba Plutarco, entre aquellos, además de los gastronómicos, debió situarse en posiciones de privilegio la capacidad de la reina para la práctica del sexo oral, un arte que practicaban con singular maestría felatrices profesionales y amateurs que pintaban sus labios de forma y manera que el aspirante a felado conociera de antemano lo que aquella boca ofrecía o al menos prometía. Entre la historia y la leyenda hasta nuestros días ha llegado un relato, con ciertos visos de verosimilitud, de una convocatoria de la soberana egipcia a la que acudieron cien oficiales romanos, quienes, tras ser espléndidamente atendidos oralmente por la anfitriona, iban eyaculando en una gran copa de oro que finalmente fue bebida por la soberana. De ser cierta la historia, y como se ha dicho es bastante más que probable que así sea, Cleopatra, y no los directores japoneses, habría sido la verdadera inventora del bukkake, un género pornográfico de sexo grupal en el que varios varones van eyaculando sobre el cuerpo, el rostro o la boca de una persona, hombre o mujer, y ésta acaba bebiendo los fluidos seminales depositados previamente en un vaso o copa. El bukkake, voz que deriva de la forma sustantiva del verbo japonés bukkakeru, que significa regar, arrojar agua, verterla o salpicar, surgió como género de cine porno en los años noventa del pasado siglo en gran medida como consecuencia de las limitaciones de la censura de las autoridades japonesas que impedía mostrar imágenes de vello púbico y penetraciones, tanto vaginales como anales.
La leyenda de su fogosidad también la convierte en la inventora del vibrador, que no del consolador. En 2005 científicos alemanes descubrieron en la cueva Hohle Fels (Alemania) lo que puede considerarse el consolador más antiguo de la historia; se trata de un falo de piedra perfectamente pulido de unos veinte centímetros de largo -la medida estándar en mi pueblo- que tendría unos 28.000 años de antigüedad. Y Cleopatra habría sido quien dio el salto del consolador al vibrador. A falta de pilas o electricidad, su consolador vibraba de forma “natural”: en una calabaza seca y hueca se metían abejas vivas que, al revolotear, provocaban la vibración (¡No intente hacer esto en casa! Y si lo hace, elija una calabaza adecuada y procure que las abejas no puedan salir de su interior).
Sea como fuere, entre banquetes, refinados entretenimientos, y felaciones con raíces toegónicas en el mito de Isis y Osiris, así fueron pasando los días de la que, según el crítico y teórico literario estadounidense Harold Bloom, fue la primera celebridad del mundo.
Colaboración de Miguel Ángel Almodóvar para la Revista iHstoria
Más tópicos por favor. Vigésimo-octavo artículo hablando de Cleopatra y sus talentos de boquilla y tal. Muy original y para nada repetido. El morbo vende, pero repetir lo mismo cansa.
Está claro que Cleopatra fue, es y será protagonista de muchas historias. Si tú ya conocías que su plato preferido era el Haman Mashi, que la lechuga era un alimento sagrado y consagrado al dios de la fertilidad, la explicación científica de la «molécula del amor», lo del vibrador… es verdad que no te habrá aportado nada.
Lo siento
Una mujer q se hacia oír
Los psicologos modernos dirian que tenia una fijacion de la etapa oral. (Otro buen atributo.)
Psicoanalistas… hay muchos psicólogos que dejamos aquello de las etapas en el año que le corresponde…
Información Bitacoras.com
Valora en Bitacoras.com: No sabemos cómo era exactamente Cleopatra, la última reina de Egipto, pero sabemos que, si no excepcionalmente hermosa, sus artes de seducción eran muchas y … La entrada Cleopatra, reina de buena boca y boca de diez mil …
Pues ole por la gleo no?
Ami me encanta saber cosas de esta mujer,tuvo una vida estupenda…
Tu crees q julio cesar, un emperador egocéntrico, estaría con una mujer q se ha pasado x ka boca toda la oficialidad de sus legiones?? Ni por mucho libertinaje y naturalidad q hubiera en esa época me parece creible
Pues de Julio César se decía «marido de todas las mujeres y mujer de todos los maridos»
[…] Cleopatra, reina de buena boca y boca de diez mil hombres […]
¿Qué fuente antigua nos cuenta la historia de los 100 romanos?
Aparte de la cuestión morbosa, parece que era una mujer inteligente y, sobre todo, muy manipuladora.
Un saludo.
No sé, me extraña enormemente que los egipcios tuviesen alguna sopa de frijoles, más que nada porque los frijoles llegaron con el descubrimiento de América.
Hola Diego.
Así se llama esta legumbre
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Lablab_purpureus
Ridícula la reconstrucción facial de Cleopatra y sin ningún rigor histórico para una descendiente de macedonios. De donde salen esos rasgos morenos?
Aquí se detalla la reconstrucción…
http://www.dailymail.co.uk/…/Sorry-Liz-THIS-real-face…
Siempre creí en los rasgos macedonios de Cleopatra y su apelativo «de la griega» se dice que no sólo se debió a su origen, se habla de que cuando pequeña tenia risos dorados, pero bueno, admito que hay otras versiones.
Creo que uno de sus grandes atractivos fue su amplia cultura, su manejo de diferentes leguas,su grata e inteligente conversación en variados temas, su gran persuasión, su gusto por los placeres, sus conocimientos en las artes de la guerra, y obvio su maestría en las artes amatorias.
Todo esto y mucho mas la ha hecho ocupar un lugar destacado entre las mujeres mas importantes de la historia.
Me ha descolocado un poco lo de los mil halagos cleopatrinos de los que hablaba Platón. Supongo que te refieres a Plutarco.
Aprovecho para agradecerte cada entrada de tu blog, por mucho que conozca el tema del que hables acabo aprendiendo algo nuevo en cada artículo.
Hola Carlazas.
Es el texto literal que escribió Plutarco: «Platón reconoce cuatro tipos de halagos, pero ella tenía mil»
Muchas gracias
No me refería a ese párrafo si no a este:
«Volviendo a los mil halagos cleopatrinos de los que hablaba Platón, entre aquellos, además de los gastronómicos, […]»
Da la sensación de que es Platón el que escribe sobre Cleopatra.
Pues sí, en ese caso sí que tienes razón.
Corregido.
Gracias
Se está perdiendo la palabra «mellizo» que es distinto de «gemelo»
Excelentes aportes felicidades Javier…
Qué gente jodida… buscándole el pelo al huevo en vez de valorar el trabajo de la gente que nos ofrece sus conocimientos, ¡y su tiempo!, tan generosamente. Felicito a los que hacen esta página posible.
[…] nombre completo fue Κλεοπάτρα Φιλοπάτωρ (Cleopatra Filopator Nea Thea) y era la séptima en llevar ese nombre dentro de la familia que dominaba el país del Nilo desde […]
Para mi, Cleopatra fue la reina de las Degeneradas. Muy adelantada en su tiempo. Que asco!