Durante el siglo IX, una de las amenazas a las que tuvo que hacer frente el rey de Noruega Harald I fueron las constantes incursiones de los piratas que saqueaban las costas. Así que, en 875 encabezó una expedición de castigo y conquista de su base de operaciones: las islas Orkney y Shetland, situadas al norte de la actual Escocia. Los piratas recibieron un duro castigo y fueron expulsados de las islas. En compensación por el hijo perdido durante la batalla, Harald concedió el gobierno de las islas y el título de conde a Rognvald Eysteinsson. Pero Rognvald, con el consentimiento del rey, renunció a las tierras y al título en favor de su hermano Sigurd Eysteinsson.

Sigurd firmó una alianza con Thorstein el Rojo y ampliaron su territorio tomando Caithness, Argyll, Moray y Ross, en Escocia, por lo que se ganó el sobrenombre de el Poderoso. En uno de los enfrentamientos con los escoceses, se retó con Máel Brigte, un líder nativo, a una batalla con 40 hombres por bando. Como Sigurd no se fiaba de los escoceses, o para asegurarse la victoria, se presentó con 80 hombres. Cuando Máel se dio cuenta del engaño, no se echó atrás y arengó a sus hombres para que cada uno de ellos matase a los dos oponentes que le correspondían. Lucharon con mucha fuerza y valentía pero la superioridad numérica de Sigurd decantó la batalla en su favor.


Sigurd Eysteinsson

Como trofeo de guerra, Sigurd decapitó a Máel y colgó su cabeza del estribo de su caballo. Partieron a celebrar la victoria pero el movimiento del galope hizo que un diente que le sobresalía a Máel se clavase en la pierna de Sigurd. Aquella herida se infectó y Sigurd moría al poco tiempo por la infección. Se cree que fue enterrado cerca de la ciudad actual de Dornoch en Sutherland, Escocia.

No te fíes de tus enemigos… aunque estén muertos.

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