Hablamos del enfrentamiento entre Busca y Biga. Y aunque bien podría ser el título de una serie de dibujos animados, del estilo «Rasca y Pica» de los Simpson o del clásico «Tom y Jerry«, nada tienen que ver con los simpáticos personajes animados. Busca (en catalán, astilla) y Biga (en catalán, viga) eran dos agrupaciones políticas catalanas del siglo XV.
La Biga estaba constituida por el grupo de oligarcas que gobernaban las ciudades y por los terratenientes que vivían de las rentas. En plena crisis económica del siglo XV los comerciantes y artesanos se unieron para luchar por sus intereses y crearon la Busca. Esta agrupación abanderaba la devaluación de la moneda para ser más competitivos, establecer una política proteccionista de la producción local e imponer impuestos a las importaciones, y democratizar el poder, hasta aquel momento en manos de unos pocos elegidos. Y la única forma de poder implantar esas medidas era acceder al poder local. Bajo el reinado de Alfonso V de Aragón «el Magnánimo», tanto la monarquía como la Busca tenían un enemigo común: la oligarquía urbana representada por la Biga. Esta oligarquía se oponía tanto a las pretensiones de la monarquía como a la política reformista de los buscaires. Para debilitar a la oligarquía local, el rey apoyó a la Busca y, de esta forma, pudieron acceder al gobierno de Barcelona en 1453 y emprender las reformas perseguidas. Pero la Biga seguía controlando instituciones claves como las Cortes o la Generalitat y, además, recibió el apoyo de la nobleza y la Iglesia, ya que todos ellos veían peligrar sus privilegios y, sobre todo, sus ingresos.
Paralelamente a este conflicto político, fue creciendo el malestar entre los campesinos catalanes (payeses) y los señores feudales (nobles) por los llamados «malos usos» (derechos abusivos del señor sobre el siervo), sobre todo por la llamada remensa. Se consideraba que los payeses estaban vinculados a la tierra que trabajaban y, por tanto, podían ser vendidos o heredados con ella, y la única forma de liberarse era asumiendo el pago de un rescate (remensa). Al igual que ocurrió con la Busca, los payeses también encontraron un aliado en la figura del rey. Me gustaría pensar que además de los intereses personales de la corona por acotar el poder de los señores feudales, el rey también tuvo en cuenta aquello de «liberar a los oprimidos» (muy de película de la Edad Media). Tras varias reuniones de los unos con los otros, los otros con los de más allá… en 1454, mientras el rey gobierna desde Nápoles, nombra lugarteniente de Cataluña a su hermano Juan II, partidario de apoyar a los payeses. Con las recomendaciones de su hermano, en 1455 Alfonso V publica un decreto por el que se suspenden los malos usos. Pero como ya se sabe que la alegría dura poco en la casa del pobre, la presión de los señores obligó al rey a «dejar en suspenso la suspensión». De hecho, cuando Juan II es nombrado rey de Aragón, tras el fallecimiento de Alfonso V en 1458 , hereda el trono y el conflicto. Fueron demasiados años de tensión, de promesas incumplidas, caminando por el filo de navaja… hasta que en 1462 estalló la guerra civil catalana, un enfrentamiento armado generado por un conflicto político (Busca vs Biga) y otro social (payeses vs señores feudales). Monarquía, buscaires y payeses contra los oligarcas, nobles y el clero. Cada uno con sus intereses propios: la Corona, delimitar el poder de la oligarquía y los nobles; los buscaires, mantener el poder y seguir con las reformas; los payeses, prohibir los «malos usos» y las servidumbres; oligarcas, nobles y clero, proteger sus privilegios y recuperar el poder local perdido a manos de la Busca.
Tras 10 años de lucha, incluso con intervención extranjera, se firmó la paz en la capitulación de Pedralbes. Aunque en teoría los oligarcas fueron los derrotados, las consecuencias no fueron muy traumáticas para ellos. De hecho, la Biga recuperó el poder local. Y los pobres payeses, aún estando en el bando del teórico ganador, todavía tendrían que seguir reivindicando e incluso peleando por sus derechos hasta la Sentencia Arbitral de Guadalupe dictada en 1486 por el rey de Aragón Fernando II
Aja.. Muy apropiado para los tiempos que corren no, Javier? Creo que no hacía falta… Sobre todo el comentario final..
Dicen que los que no conocen su historia están condenados a repetirla, y los que si la conocen están condenados a ver como la historia se repite por culpa de los que no la conocen. Nada más…
El comentario final se podría incluir en cualquier crónica de una guerra civil, independientemente de la época y el lugar.
Existe un paralelismo absoluto con las guerras irmandiñas – hermandades – en Galicia.
Iván, ya en 2014 el doctor Eduardo Montagut Contreras llegó a la misma conclusión. Cuando se lucha se pierde siempre, incluso el bando ganador:
http://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/el-conflicto-de-la-biga-y-la-busca-en-barcelona-y-la-guerra-civil-catalana/
Sí,y la negrita ha sido un salto de teclado…
La negrita es simplemente porque es la conclusión del artículo
O sea, que un movimiento que pretende obtener más derechos para payeses y clases más bajas es una pérdida de tiempo que desangra la economía… Supongo que de la misma manera puede calificarse a la revolución francesa, las rebeliones liberales en el siglo XIX, o ya puestos, el movimiento pacífico de la Primavera Árabe que ha llevado a Túnez a la democracia (y que, por cierto, fue acompañada de una desbandada de los inversores extranjeros frente a la más estable dictadura previa). Movimientos todos ellos que tuvieron sus sombras, sus problemas aparejados, sus graves daños merced a acciones propias y ajenas, y que, sin embargo, por el esfuerzo conjunto, han llevado a que podamos escribir en este teclado, en lugar de malvivir como siervos de la gleba, trabajadores hacinados, o cualquiera de las múltiples formas de explotación que se han dado a lo largo de la historia y los territorios, y que todavía se dan -aunque, gracias a ese tipo de movimientos, en menos sitios y en menor grado.
Con ese tipo de argumentaciones, es normal que nos encontremos en una sociedad dormida y apática, donde preferimos verlas venir y que nos vayan quitando derechos poco a poco, antes que luchar para intentar conseguir un nivel de vida aceptable. Y no me refiero en este caso a revoluciones violentas (afortunadamente, los tiempos han cambiado lo suficiente para que la desobediencia civil o la resistencia pacífica hagan más efecto que la lucha armada; también, por otra parte, ésta se cobra sus sacrificios, sobre todo entre los que se arriesgan). Porque el problema es que esa tendencia a mantenernos en nuestros nichos, a resignarnos donde estamos, al «calladito estamos más guapos», se está extendiendo por toda nuestra sociedad.
Muy buena la entrada a nivel histórico, mi enhorabuena, pero como puede comprobarse, discrepo mucho de la conclusión. Hay luchas a las que hay que entregarse aunque se pierda para que, frente al cortoplacismo imperante, la sociedad tienda a evolucionar a largo plazo. Y eso lo dice alguien que no quiere tener hijos. Y por cierto (por si alguien quiere establecer la relación), alguien que no cree que Cataluña gane nada pidiendo la independencia. Pero ésa, como diría Ende, es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión…
Que un territorio quede desangrado y arruinado tras una guerra civil es lo normal en cualquier tiempo y lugar de la historia. Eso, creo que no es discutible.
La diferencia entre los ejemplos que tú pones y este conflicto es que aquí nada cambió para los payeses hasta 1486 (14 años después de terminada la guerra). Y respecto a la Primavera Árabe, vamos a dejarlo a un lado porque se puede hablar largo y tendido y ver cómo ha afectado a cada uno de los países, y las conclusiones igual te asustaban.
«Me gustaría pensar que además de los intereses personales de la corona por acotar el poder de los señores feudales, el rey también tuvo en cuenta aquello de “liberar a los oprimidos” (muy de película de la Edad Media).»
Me descojono Javier, lo mejor que he leido para posicionar al lector sobre quienes son los buenos y los malos. Es genial porque ademas da a entender que el sistema de malos usos o abusos feudales enel siglo XV solo se dan en los catalenes. Sublime !
Si hay que añadir «modo ironía», mal me he explicado.
Pensar que los abusos feudales sobre los siervos sólo se daban en Cataluña, es como creer que en el resto del mundo nunca hubo ricos y pobres.
Cuando la elección es morir de pie o vivir de rodillas, muchos prefieren vivir de rodillas. Pero cuando la elección es morir de pie o morir de rodillas, la cobardía de nada sirve a los que nada tienen que perder.
Totalmente de acuerdo con Millo. No lo podría haber explicado mejor. Para mí con el título ya predispones al lector a una visión sobre los catalanes de luchas fraticidas entre ellos. Fue una lucha social, que además fue entre catalanes, pero fue una lucha por los derechos de los payes es. Creo que es un título sensacionalista. Y el final igual, de alguna manera dejas entrever que lo único que se consigue es un empobrecimiento del territorio. Yo, me quedo con el empoderamiento del pueblo, me parece más positivo, y si, tardaron 14 años más, pero lo consiguieron, también me gustaria saber si siguieron haciendo uso de los abusos feudales durante esos 14 años como antes de la revolución…
Efectivamente. Este conflicto solo es el eco y normal respuesta del pueblo,. del 90% de la poblacon rural y campesina, contra las imposiciones y perdida de libertades y autogestion a cargo de sus nuevos dominadores.
Con el derrumbe visigodo en el norte de Hispania se habia desarrollado un estilo de vida rural extraordinariamente comunalista, basado en sus creencias cristianas de igualdad, y en decisiones comunales de los asuntos y recursos de cada pueblo. Eso en Castilla habia generado el sistema de concejo abierto local, y a nivel «estatal», de las Cortes: asamblea soberana que decidia los asuntos del reino y que el rey solo refrendaba. La legislacion subsiguente es el antecedente de los derechos humanos, como se le reconoce hoy en dia, anterior y mucho mas concreta que los de la Revolucion Francesa, pura declaracion y poca practica. Politica y economicamente era un estilo de vida anarquista… pero con Dios y Rey.
Todo esto ira cambiando por la accion impositiva de la corona, que medra y se hace mas poderosa segun avanza en sus conquistas en Al Andalus. Deja de necesitar a las tropas concejiles y aumenta el uso de mercenariado, lo cual le independiza de las decisiones y aprtaciones de tropa y recursos populares. Comienza a si una transformacion en la vida social en la que nobleza y corona imponen sus condiicones al pueblo. En el XIII esta situacion ya es clara y es a partir de entonces que comienzan las revueltas y rebeliones campesinas en Galicia, y resto de la peninsula, durante los siglos siguientes, debido a lso abusos de la nobleza y alto clero, a veces enmascaradas con cuestiones dinasticas o politicas, pero que en su fondo eran mera reivindicacion de un periodo anterior comunalista y autogestionario, el de las leyes consuetudinarias, que tanto moelstaban a sus amos.
No solo es un problema de centralismo contra localismo y autogestion si no de clase: es la creacion del sistema precapitalista y capitalista contra el sistema campesino y rural de comunalismo. Es una guerra de clases. Del 1% que domina al 99% restante.
[…] arbitral de Guadalupe (1486), promulgada por el rey de Aragón Fernando II y que ponía fin a la Guerra de los Remensas en Cataluña, cuando […]
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