Dicen que los primeros colegas son los amigos del colegio. Tus colegas son los que van contigo, los que comparten tu modo de ver la vida, son los que comparten tu ley. Por eso, y aunque parezca extraño, los colegas y los colegios, las dos palabras, proceden de la ley, de esa ley común que atiende por igual a sus miembros.

¿Entonces, que tienen en común la ley, el colegio y el colega? Pues su raíz, su origen. Vamos a verlo gracias a la etimología. El término colegio, procede del latín collegium, que está formado sobre la palabra lege (ablativo de lex, legis) con la preposición cum, resultando un sintagma formado por preposición y sustantivo: cum lege, literalmente “con la ley”. Posteriormente, este sintagma se unió, pero en este paso, la -m de cum se asimiló a la l- de lege y así se formó la palabra cullege, (de ahí que en francés, inglés, y valenciano o catalán, por citar algunas lenguas, se mantenga la «doble l» con el sonido geminado) sobre la que actuó un cambio fonético que afecta a la primera vocal: la -u- se abre en -o-, resultando ya la forma college- a la que se le añade el sufijo neutro -ium que designa lugar, como en atrium. Por tanto, el collegium es el “lugar o sede donde se está con la ley”, es decir, donde se comparte la misma ley pues todos sus miembros son considerados iguales. Y, claro, entonces los miembros del collegium reciben el nombre de collega, el que pertenece a un collegium o “sede donde se comparte la misma ley”. Por eso tus colegas del colegio son los que comparten tu ley: tus amigos.

latín

¿Y los cojones o collons?

Siempre es arriesgado buscar la etimología de palabras, digamos, obscenas. Pero nuestra lengua es derivada de otras y sus palabras vienen de algún sitio, sean las palabras que sean. En este caso, el vocablo cojones también procede del latín. Hay en la lengua de Virgilio un término, digamos, culto para designar los atributos masculinos, la forma coleus. Forma que encontramos, por ejemplo, en el libro de Petronio El Satiricón. Sin embargo, a nuestras lenguas hispanas, en castellano y en catalán o valenciano ha venido la palabra de la forma vulgar culio, -onis. Donde la etimología ya se ve clara pues el grupo -li- evoluciona al sonido de -j- en castellano o al sonido de «doble l» en catalán o valenciano. Resultando así la forma tan sonora de collons o la castiza ¡cojones! A decir verdad, la etimología de coleus o su doblete culio no está clara en latín; pero sí está claro el origen de nuestra palabra.

Colaboración de Rubén Ríos Longares