Sólo algunas de las mujeres que viajaron hasta América tienen su propia historia (Inés de Suárez, la monja Alférez, Mencía Calderón…); la mayoría de ellas lo hicieron acompañando a sus maridos en su aventura por el nuevo continente. Pero hubo una mujer que, aunque inicialmente viajó simplemente acompañando a su marido y a sus dos hijas, las circunstancias y su compromiso la llevaron a ser protagonista de la historia de México. Ella fue Catalina de Bustamante (Llerena, España, 1490 – Texoco, México, 1546), la llamada «primera maestra de América» (como reza el monumento erigido en su honor en Texcoco).
El 5 de mayo de 1514 Catalina, su marido Pedro Tinoco y sus dos hijas partieron de Sanlúcar de Barrameda rumbo a Santo Domingo. Los primeros años en el Nuevo Mundo no fueron diferentes a los de cualquier otra esposa de los aventureros llegados a América…. hasta que quedó viuda y decidió tomar las riendas de su destino. Comenzó instruyendo y educando a las hijas de hidalgos, aventureros y exploradores, pero Catalina sufría cuando veía todas las injusticias sufridas por los indígenas, especialmente por las niñas. Aprovechando su condición de terciaria seglar de la Orden de San Francisco, consiguió, por mediación del franciscano Fray Toribio de Benavente, que la Orden le cediese parte de un antiguo palacio de Texcoco (México) para establecer un colegio para niñas indígenas. Catalina educaba a las niñas en la fe cristiana -condición impuesta por los franciscanos-, les enseñaba a leer y escribir, defendía su dignidad y denunciaba los abusos sufridos. En 1529, a través del obispo Zumárraga, envió una carta al mismísimo rey de España Carlos I exigiendo justicia: un regidor español de la zona se había encaprichado de dos niñas del colegio y ordenó secuestrarlas. Aunque Catalina denunció el caso, la justicia por aquellos lares dependía de si las víctimas eran indígenas o españolas, si eras hombre o mujer y de tus posibles. Afortunadamente, la carta llegó a las manos de la reina, Isabel de Portugal, quien se interesó por el tema. Nada pudo hacer por aquellas niñas, pero decidió involucrarse en el trabajo de Catalina para instruir a las niñas de Nueva España. Reclutó a varias mujeres letradas, les pagó el pasaje y las envió como apoyo a Catalina.
En 1535 regresó a España para entrevistarse con la reina y solicitar más apoyo de la corona. Catalina le explicó que la situación de las niñas indígenas era precaria y que había que seguir ampliando el número de colegios y seguir enviando maestras para revertir el papel que las niñas tenían: meras monedas de cambio para sellar alianzas con caciques o regidores españoles. Con el apoyo directo de la reina consiguió que se enviasen más educadoras y extender su labor por otros lugares y llegar a más niñas. A mediados del siglo XVI, la peste se llevó a la «primera maestra de América«.
Fuentes e imágenes: Alianza de Maestros, El País
De aquí se pueden extraer dos moralejas: 1/ que cuando se crea un imperio, la educación de los conquistados suele ser la última prioridad y si se usa es para hacerlo a la manera del conquistador y 2/ que la peste es una variable que trastoca la historia (Grecia, Roma China, Edad Media en Europa)
Saludos
Bonito homenaje a una persona volcada en su trabajo. Un trabajo no siempre reconocido ni apoyado por las autoridades competentes.
Un saludo.
Información Bitacoras.com
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Gracias por hacerte un hueco en tu casa a esta mujer digna de ello.
También con la memoria se hace igualdad
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Que no se enteren en México…el SNTE le cobraría «cuotas sindicales 500 años atrasadas» y multas por «ocupar plazas no autorizadas»; la CNTE le derrite su estatua por «no pertenecer a la sección sindical referida» y «rompehuelgas»; inmigración la perseguiría por ser y acoger trabajadoras extranjeras «de ilícito ingreso a la Nación y sin documentos legales que autoricen su empleo en territorio Nacional», y la Procu le hace investigar por «trata de blancas» y «violencia contra la mujer» porque en México toda «Buena intención hacia las niñas» es PRUEBA IRREFUTABLE de pertenecer al Crimen Organizado e Incluso los huesos de la reina serían extraditados a México para también condenarla [que no juzgarla, porque el juicio ya lo habrían hecho y hasta videos armados habría listos de la Reina confabulando para el mal]. Aaaaaaaaah, mi país…
Se mezclan los sentimientos. Es un orgullo que esta mujer fuera el puntal de otras educadoras pero, por otro lado, me invade el pánico al pensar a todo lo se enfrentó, aguantó, sufrió… Nadie sabe lo que es ser maestro hasta que te plantas ante una clase de «salvajes», así que no consigo imaginar lo que tuvieron que pasar estas valientes.
Cayetano: gracias por tu comentario. No sé si merece la pena hacer Magisterio hoy en día.
Desgraciadamente, parece que no se dieron cuenta de que eran los hombres los que necesitaban educación. Aunque no creo que se hubieran dejado educar, y menos por parte de una mujer.
Excelente la obra educación y evangelizadora de Catalina!!!!!!!!!!!!!!!!.que fue una gran mujer y valiente persona!!!!!!!!!!!!!!.y muchas graciasCrlos Jesús,Anzaldo Gutiérrez por todo lo que nos contas sobre la parte legal de tu país,que desconociamos
Gracias por compartir esta historia. Otra razón más para darlo todo en mi trabajo, potque ASUN, merece y mucho hacer Magisterio hoy en día.
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Qué bueno reivindicar labores importantes y poco conocidas! Da cuenta igualmente, cómo la educación fue arma de los «conquistadores» a través de la religión. Gracias!
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