El Tratado Mallarino-Bidlack, firmado el 12 de diciembre de 1846 entre Estados Unidos y la República de Nueva Granada (actuales Colombia y Panamá), fue un convenio de reciprocidad comercial entre ambos países. El problema es que resultaba tremendamente favorable para los intereses económicos y comerciales de EEUU y, peor aún, de los ciudadanos norteamericanos sobre lo población autóctona en el territorio de Nueva Granada. Además, muchos hicieron uso de esa superioridad, adquirida legalmente, y protagonizaron actos de abusos, violencia e irresponsabilidad que agudizó el recelo y resentimiento entre la población local. Sólo faltaba una chispa que prendiese aquella bomba latente… una rodaja de sandía.
El incidente tuvo lugar el 15 de abril de 1856 cuando un grupo de norteamericanos, entre los que se encontraba Jack Olivier, paseaban por la estación del ferrocarril después de pasar varias horas de copas. El tal Jack -más chulo que Mario Conde bailando un chotis- cogió una rodaja de sandía de un puesto ambulante. Cuando el propietario, José Manuel Luna, le indicó que el precio eran 5 centavos, Jack se dio la vuelta y se marchó. El vendedor volvió a requerirle el pago y Jack siguió sin hacer caso. José Manuel sacó un cuchillo y le amenazó, pero Jack, altanero y ufano, desenfundó su arma de fuego y le apuntó. Este incidente fue contemplado por todos los presentes y derivó en una pelea callejera entre estadounidenses y la población local que terminó con un saldo de 15 muertos y 16 heridos estadounidenses… por el lado local: dos muertos y 13 heridos.
Aquel conflicto acarreó consecuencias internacionales: los estadounidenses acusaban a las autoridades locales de no mantener el orden y éstos, apoyados en el informe de los cónsules de Francia y Gran Bretaña, a la pandilla de Jack de provocar el incidente. El gobierno de EEUU, ante el informe del comisionado estadounidense Amos Corwine que aconsejaba la inmediata ocupación del istmo, envió un contingente de 160 soldados que tomaron la estación del ferrocarril. Tras tres días de ocupación, los soldados se retiraron sin disparar un solo tiro cuando las autoridades locales accedieron a negociar. El 10 de septiembre de 1857 se firmaba el Tratado Herrán-Cass, mediante el cual la República de Nueva Granada aceptaba su culpabilidad y, además, se fijaba una indemnización en favor de los estadounidenses de 412.394 dólares en oro por daños y perjuicios.
Ilustración: Xurxo Vázquez.
Fuente: Nunca me aprendí la lista de los reyes godos.
Bueno, a Noriega le detuvieron en Panama sin pedir permiso, aunque fuese un corrupto narcotraficante….
Y de eso no hace tanto tiempo….
Información Bitacoras.com
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ahi que joderse la lian siempre los americaanos y al final se aprovechan a base de fuerza es lo que tiene venir de un pueblo de criminales y proscritos
Que mamones, cada vez me gustan menos estos estadounidenses
Siempre me ha sorprendido que se puedan pasar años (o siglos) soportando injusticias o desmanes, y a la menor, salte la chispa… Las reacciones son impredecibles. Cuántos querrían tener la mecha de esa chispa…
Un beso!
Muy guapa la ilustración de Xurxo. Muy fresquita 😛
Bueno, esta siempre ha sido la manera de actuar de los gobiernos de U.S.A. van provocando hasta que la gente no aguanta más y responde, entonces es el momento que aprovechan para imponerse mediante el uso de la fuerza, alegando que la culpa ha sido del resto. Y cuando eso no da resultado, es entonces cuando pasan a la Falsa Bandera… Y despues se preguntan por qué tanto Antiestadounidense.
Eso de la sandía fue una cabronada de Jack el clulo!!!
Se ve que abusaban de su condición de estadi unidenses…
Besazo Javier TQM mi niño,
Felicitaciones Xurxo por tu genial ilustración!!!
Besote amigo
MAR(I)C(A)
[…] nunca nadie acaba. Igualito, guerras por todas partes que arrancan por cualquier chorrada, como la Guerra de la tajada de sandía o la de Los pasteles (las más tontas que me vienen a la cabeza) pero que nadie se preocupa de […]