El 21 de diciembre de 1968 despegaba del Centro Espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral el Apolo 8, la primera misión tripulada en salir de órbita terrestre, llegar y orbitar a la Luna (sin aterrizar en ella) y finalmente regresar a la Tierra. Los astronautas Frank Borman, James Lovell y Bill Anders serían los primeros humanos en salir de órbita terrestre, los primeros en ver la Tierra completa y el lado oculto de la Luna, y los primeros en ver el amanecer de la Tierra desde la Luna. El Apolo 8 tardó 3 días en llegar al satélite, orbitó diez veces a lo largo de 20 horas y regresó el 27 de diciembre.
El éxito de aquella misión daría el empujón definitivo al deseo de llevar al hombre a la Luna. En la noche de Navidad, y mientras orbitaban la Luna, los tres astronautas transmitieron en directo -rompiendo todos los récords de audiencia- describiendo lo que estaban viendo y lo que sentían. Tomó la palabra Bill Anders y dijo:
Nos acercamos ahora al amanecer lunar, y la tripulación del Apolo 8 tiene un mensaje para toda la humanidad.
En aquel momento -preparado por ellos mismos y sin conocimiento de la NASA-, los tres astronautas se turnaron para leer el pasaje de la Creación del Génesis. Terminando con un:
¡Feliz Navidad! Y que Dios los bendiga a todos.
La lectura de aquel pasaje bíblico le supuso a la NASA una demanda interpuesta por la activista atea Madalyn Murray O’Hair. Esta mujer, fundadora de American Atheists, era conocida por el caso Murray vs Curlett, que culminó con la prohibición, según sentencia del Tribunal Supremo de 1963, de la lectura de la Biblia en las escuelas e instituciones públicas estadounidenses por violar la separación constitucional entre la Iglesia y Estado. Según la demanda, los astronautas eran empleados públicos y también estaban sujetos a la prohibición de la lectura pública de la Biblia, independientemente de que se hubiese producido en la Luna. Así que, la NASA, mientras preparada el Apolo XI, que llevaría al hombre a la Luna, decidió dejar a un lado los temas religiosos en las misiones.
En 1970, el Tribunal Supremo desestimó la demanda de Madalyn Murray O’Hair contra la NASA por…
falta de jurisdicción en la Luna.
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Yo pensaba que las naves son territorio del país al que pertenecen, por tanto, sí hay jurisdicción.
Es muy acertado tu comentario, Antonio. Es cierto, si se aplica en aeronaves, embarcaciones, etc. Debería considerarse la legislación del país identificado por la bandera de la nave. Mi duda es si el texto de la ley contempla a la nave espacial.
La jurisdicción de bandera se refiere únicamente a «alta mar». Cuando la nave ingresa a aguas territoriales de un estado soberano, imperan las normas del derecho del país soberano, tanto en las aguas territoriales, como en la ZEE (Zona Económica Exclusiva) y sus puertos. Evidentemente el tribunal supremo norteamericano aplicó dicha normativa a las «aguas jurisdiccionales» de la Luna, que, si bien no es un estado soberano, tampoco es territorio norteamericano. El tema hubiera sido distinto si la Apolo 8 hubiera sido una nave militar, pero la NASA es una agencia civil
Los ofendiditos ya vienen de lejos y también pueden ser ateos. Buen registro 😛
Muy oportuno y gracioso tu entrada. Tanto como la jurisprudencia del tribunal: «Falta de jurisdicción en la Luna». Muy buen detalle.
Me parece ridícula la demanda. El tribunal procedió muy bien. El pensamiento ateo que es «posterior» a la creencia en un Dios, sea el que sea; por definición es la proyección de su «Fe» en «sí mismos» y en la práctica muestran ausencia de interés en temas religiosos. ¿ Qué es lo que pretendía ? ¿ respeto por los ateos? es una Contradicción Racional.