«La heroína, muy cortada y baja en pureza, se distribuye mezclada con yeso», «cae un grupo de camellos que vendía droga en un polideportivo», «crece la adulteración de la drogas más consumidas»… titulares como éstos aparecen hoy en día, un día sí y otro también, en las portadas de los medios de comunicación. ¿Hoy en día? Sí, hoy en día… y en la Antigüedad también. En Roma ya existían los camellos que distribuían por las calles el opio (del griego opos, jugo) y los que lo adulteraban y «cortaban».
La primera referencia del cultivo de amapolas o adormideras, de las que se extrae el opio (sustancia que se obtiene desecando el jugo de las cabezas de adormideras verdes, Papaver somniferum), aparece en tablillas sumerias grabadas hace más de 5.000 años. Los sumerios llamaban a las amapolas hul gil (planta de la alegría), lo que nos pone en la pista de que ya se debía utilizar para fines muy distintos a los ornamentales o para regalar el día de San Valentín. En el Papiro de Ebers, encontrada en 1862 en Luxor entre los restos de una momia datado alrededor del 1500 a.C, se describen cientos de enfermedades y la farmacopea de la época con más de setecientas sustancias extraídas de plantas, como el opio para calmar a los bebés llorones, sobre todo en la época de la dentición.
Ya en Grecia, el dios mitológico del sueño, Hipnos, se representa con un ramo de amapolas y un cuerno para beber su jugo. También el poeta Homero menciona en su poema épico la Odisea una droga llamada nepenthe (sin pena, sin dolor), cuyo principio activo era el opio. Se cuenta que la valentía de los famosos hoplitas, los soldados de las ciudades estado de la Antigua Grecia que formaban la infantería pesada, tenía que ver con los chutes de nepenthe que se metían antes de entrar en batalla y que les hacía perder el miedo. Y si Hipócrates, el padre de la medicina, recomendaba el uso del opio como purgante y narcótico en la Antigua Grecia, en el siglo II en Roma hacía lo propio Galeno, médico personal de emperadores, para aliviar el dolor, inducir al sueño, curar la diarrea e incluso mejorar la libido. El producto estrella era la triaca de Galeno, un preparado compuesto por decenas de ingredientes, con un porcentaje de opio del 40%, que se utilizaba como antídoto para venenos y como medicamento para curar numerosas enfermedades.
Si al consumido por motivos lúdico-festivos por las altas esferas de la sociedad, añadimos el prescrito como remedio medicinal, tenemos como resultado un fuerte aumento de la demanda, que trataron de aprovechar vendedores ambulantes metidos a camellos que comercializaban el producto fuera de los establecimientos autorizados -a comienzos del siglo IV, en tiempos de Diocleciano, casi 400 tiendas censadas-. Con una producción nacional ciertamente escasa, Roma tuvo que importar el preciado sedante de Egipto, y fueron muchos los que denunciaron que las partidas de opio llegaban sin ningún control. Por lo que era frecuente que tratasen de colarte opio de baja calidad como tebaico -el mejor de la Antigüedad- e incluso partidas adulteradas en las que se mezclaba con goma arábiga o zumo de lechugas. Así que, no quedaba más remedio que estar atento y seguir algunos consejos de los eruditos de la época para que no te diesen gato por liebre:
- El opio puro es de olor muy intenso y amargo al gusto
- Al exponerlo al fuego debe arder con una llama luminosa y clara
- Se disuelve fácilmente en el agua
- Se derrite cuando se expone al sol
Curiosamente, y a pesar del frecuente consumo, no hemos encontrado casos de drogodependiente marginados socialmente (yonquis), ni altercados provocados por el síndrome de abstinencia. Igual en Roma sí podían decir «Tú tranquilo, yo controlo»
Qué artículo tan bueno!!! Una vez más , un placer leerte. Un saludo muy cordial.
Mil gracias Carmen.
Pude que tenga razón pero esa nimiedades no ayuda a la historia; forma parte de la rutina de la vida de antes y de ahora pero no creo que todo el mundo consumiera droga…Si tanto le interesa el tema escriba una historia sobre la droga y empiece cronológicamente: primates, homo- sumerios- romanos, hasta su día; pero, por favor, no mezcle estas tonterías con la historia porque la historia es muy seria porque cuando la estudiamos es para aprender e interpretarla para cometer los menos errores posibles que podría citar muchísimos ejemplos y precisamente la droga no contribuye a ello. Disculpe. Gracias.
Como escribía mi amigo Miguel Ángel Almodóvar en el prólogo de mi libro «Los inventos de los antiguos»: fue Miguel de Unamuno quien introdujo un concepto, la intrahistoria, llamado a modificar de manera radical la visión de la historia que se había mantenido vigente y en clave de unicidad hasta aquel momento. Frente a la representación del humano devenir como una sucesión de pretendidos “grandes acontecimientos”, tales como guerras, descubrimientos o uniones dinásticas, lo que Unamuno propone es una nueva mirada y reconsideración de la vida tradicional, generalmente anónima, que durante siglos ha sido el decorado de la historia formalmente visibilizada. La antorcha unamuniana sería recogida años más tarde, sobre todo a partir de la década de los años sesenta del pasado siglo, por corrientes sociológicas e historiográficas, entre las que cabe situar en lugar de honor a historiadores como el francés Fernand Braudel o al sociólogo canadiense Erving Goffman, que empiezan, junto a otros, a poner en valor la relevancia de los comportamientos cotidianos, las representaciones, la cultura popular, la microhistoria, las representaciones sociales del amor, el honor, la cocina, la sexualidad o el gusto…
Esa es la historia que nos gusta tratar aquí.
Y por el tema del consumo, en tiempos de Diocleciano (comienzos del IV) el volumen del negocio del opio representaba el 15% de toda la recaudación fiscal.
Menuda tontería de comentario, de verdad. La vida diaria, con sus penas y sus glorias forma parte de la Historia tanto como los grandes acontecimientos. Desde luego hay que ser de mente cerrada para criticar que se hable de algo como esto. Querer conocer solo el pasado «idílico» es igual de malo que no querer conocerlo.
Sorprenderte! Felicitaciones por este gran artículo. Saludos!
Faltan «detalles»: ¿la poli estaba prendida? (digo, recibía algo del negocio?) Aquí en sudamiérdica los barras bravas del fóbal, la poli, los políticos, funcionarios de los ministerios, etc,etc, «muerden» del negocio de la (falopa, pasta, frula, merca, «de la buena») y cualquier otro nombre que se te ocurra. El que está en el poder está «prendido, metido, enganchado, vinculado, ligado, participa, recibe algo para no hablar, recibe algo (los periodistas) para despistar hablando estupideces, etc,etc,etc,. ¿cómo era en ese entonces? ¿avanzamos? ¿retrocedimos? ¿los ingleses introdujeron el opio en China para dominarla, cultivado en Afganistán, recordar o buscar en Internet 1º y segunda Guerra del Opio, hace menos de 200 años? ¿Hay alguien con suficientes cojones o huevos u ovarios para escribir una «HISTORIA DE LA DROGA Y SU INFLUENCIA SOCIOPOLÍTICA»? Compro el libro, si existe. Dejé el tabaco con mucho esfuerzo, y hoy me cuesta uno y la yema del otro tratar de dejar el alcohol, por lo tanto compadezco a las víctimas, de cualquier adicción que sea, pero si tengo que retomar mi fusil del servicio militar (tengo 65) para hacer mierda a los que se llenan de oro con las debilidades de los demás y les venden droga a los chicos o los usan para vender, llámenme, renelataire@yahoo.com.ar si mis cuatro nietos se salvan no me importa perderme matando hijos de puta. Dios me ampare
Excelente hostoria… saludos
No se, pero lo del «día de San Valentin» me rechina un poco pues tengo entendido que ese día o mejor esa denominación apareció los años 50 o 60 del siglo pasado y mas concretamente en España, que me corrijan si no es así.
Es sólo una gracia. Nada más.
Seguramente, como el tráfico de drogas se toleraba, no había tanta marginación social por culpa de las drogas. Sobre la Historia de las Drogas, es muy recomendable el libro HISTORIA GENERAL DE LAS DROGAS de ANTONIO ESCOHOTADO
Cuando la gente dice todo tiempo pasado fue mejor y se quejan por la situación actual del mundo, de seguro no han echado un vistazo al pasado… Muy buen articulo me encanto!!