En el siglo XVII se vivió en Holanda un aumento especulativo de precios en el mercado de compraventa de bulbos de tulipanes. Esta especulación, que hizo que algunos bulbos se vendieran por miles de florines (hasta cuarenta veces el ingreso medio anual de una persona en la época), creó la primera burbuja económica de la historia. Un burbuja que, al estallar (en un sólo día) en 1637, dejó a miles de holandeses en bancarrota. La crisis económica generada por la caída de los precios de los tulipanes, el pánico y la ruina de muchos ciudadanos llevó finalmente a la economía holandesa a la quiebra.
De cómo los tulipanes llegaron a Holanda
Es curioso cómo los tulipanes llegaron a Holanda, ya que en realidad la flor es originaria de Turquía y llegó allí de rebote. Parece ser que todo se debe a un tal Ogier Ghislain de Busbecq, que durante el siglo XVI fue embajador austríaco en Turquía (por entonces en poder del Imperio otomano). Ogier era por lo que parece muy aficionado a la floricultura, así que a su regreso a Europa en 1544 se llevó consigo unos bulbos de tulipanes para plantarlos en los jardines imperiales de Viena. Años después, en 1573, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Maximiliano II de Habsburgo, nombró médico de la corte y responsable del jardín imperial a Carolus Clusius (que se llamaba en realidad Charles de L’Ecluse, pero ya sabemos cómo le gustaba el latín a la élite culta europea de la época). El caso es que, gracias a su cargo, L’Ecluse pudo viajar por toda Europa, recogiendo y coleccionando especímenes de plantas. Las estrellas de su colección eran, por su rareza (ambas eran unas recién llegadas), el tulipán y la patata.
El caso de los bulbos robados
En 1593 L’Ecluse aceptó un puesto de profesor de botánica en Leiden (en los Países Bajos). Yo lo veo como una jubilación. Imagina al hombre, ya casi con setenta años, y lo que eran los viajes en el siglo XVI. Supongo que cuando le ofrecieran el puesto ni siquiera lo pensó. Así que el buen hombre se fue a Leiden pensando en pasar sus años de vejez enseñando botánica mientras dedicaba sus horas de ocio a cuidar su colección de plantas. Celoso de las joyas de la corona de su invernadero, mantenía los tulipanes a buen recaudo.
Pero alguien entró una noche en su jardín y robó los bulbos. Supongo que fue alguien más generoso con sus congéneres que el propio L’Ecluse, porque pronto comenzaron a verse tulipanes por toda Holanda. Como además se da la circunstancia de que los suelos arenosos son por lo visto ideales para el cultivo de esta planta, y Holanda anda sobrada de eso porque la mayor parte es terreno ganado al mar, al final la flor se extendió por todo el país.
Las variaciones de los tulipanes y su verdadero origen
Seguramente ya sepas que los tulipanes se cultivan a partir de bulbos, de los que salen otros bulbos que, al cortarlos, dan lugar a una flor completa e idéntica a la producida por el bulbo original. Hay muchas variedades comunes de tulipanes, de diferentes colores: amarillos, rojos, púrpuras, naranjas, rosados, blancos… Hay muchas, pero en todas ellas su flor tiene un único color. Sin embargo a veces ocurre algo y un bulbo normal da lugar a tulipanes con extrañas mezclas de colores. Variedades únicas, imposibles de repetir… a no ser que se obtengan a partir del bulbo original. Ahora ya sabemos que esto se debe a un virus inoculado por el pulgón de la planta, pero claro, en pleno siglo XVII los holandeses no sabían nada de virus (el primero no se descubrió hasta 1899). No, para ellos el origen de estas raras y bellísimas variedades era todo un misterio.
Como además el tulipán sólo florece unas semanas en primavera, durante el resto del año el bulbo se puede transportar, vender, comprar o cambiar muy fácilmente. Y con todo esto en mente es más fácil comprender lo que ocurrió en Holanda en la década de 1630.
Tulipomanía
Cuando los holandeses comenzaron a aficionarse al cultivo de tulipanes las variedades más bellas y extrañas comenzaron a cotizarse bien, y los bulbos de tulipanes comenzaron a generar un mercado creciente y cada vez más descontrolado.
De pronto, de la noche a la mañana, variedades como el Semper augustus comenzaron a venderse por auténticas fortunas. Casas, campos de cultivo o granjas se pagaban a cambio de un sólo bulbo. Y no sólo eso, sino que pronto comenzaron a comprarse y a venderse bulbos que aún no habían sido ni siquiera recolectados, lo que en economía se conoce hoy en día como un mercado de futuros (un instrumento financiero muy avanzado y que no existía en ningún otro lugar de Europa). Los holandeses le dieron sin embargo un nombre mucho más descriptivo: windhandel, “negocio de aire”.
Por si eso fuera poco, en 1636 hubo una epidemia de peste en Europa que afectó gravemente a Holanda, diezmando la mano de obra. Y claro, al haber menos manos para cultivar y recolectar bulbos su precio terminó disparándose… aún más. Ya ni siquiera había propiedades suficientes para pagar el “valor” de los bulbos: se hipotecaban bienes, se pedían créditos enormes, se ofrecían años de trabajo como pago… Y muchas veces sobre un bulbo que aún no había sido ni recolectado. Los tulipanes hicieron ricos a muchos especuladores de la noche a la mañana.
La explosión de la burbuja
El 5 de febrero de 1637, en la ciudad de Harlem, un lote de 99 tulipanes se vendió por noventa mil florines (unos quince mil euros al cambio actual), un precio muy inferior al habitual. En los mercados de compraventa de tulipanes comenzaron a escucharse voces contra el absurdo nivel al que la situación había llegado, y al día siguiente un lote salió a la venta por 1.250 florines sin que nadie pujara por ellos. De pronto el precio de los tulipanes comenzó a caer en picado: la burbuja había estallado.
El terror se apoderó de todos los inversores que tenían bulbos de tulipanes. Todos querían venderlos y recuperar su inversión antes de verse arruinados y aún endeudados durante años por algo que ya no tenía ningún valor. No hubo forma, nadie dio un florín por un tulipán. Las bancarrotas comenzaron a sucederse, primero familias y pequeños negocios, luego ricos comerciantes y grandes empresas mercantiles. Se promulgaron leyes que anulaban las compras a futuro a cambio del pago de una pequeña multa, y los juicios por incumplimientos se sucedían. Pero ya nada podía hacerse. Finalmente, a las pocas semanas del hundimiento del mercado la imposibilidad generalizada de hacer frente a las deudas y el pánico generalizado llevó a la economía de Holanda a la quiebra.
La crisis de los tulipanes: una lección aprendida y olvidada una y otra vez
La tulipomanía holandesa fue, como decía más arriba, la primera burbuja especulativa de la historia. Presentó un patrón que después se repetiría varias veces como origen de diversas crisis económicas a lo largo de la historia, algunas de ellas tan recientes como la crisis de las “punto com” en 2001 o la más reciente de las subprime. Y eso lo sabemos muy bien los que contratamos una hipoteca en 2007.
¿Alguien cree que de verdad hemos aprendido la lección y que no habrá otra burbuja financiera? Por desgracia, la historia nos dice que no.
Colaboración de Enrique Ros de Apuntes de Historia
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Información Bitacoras.com
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Siempre creí que el bello tulipán era flor holandesa, hace poco viajando por Estambul, al inicio de la primavera del 2015, cuando toda la ciudad estallaba en tulipanes conocí, por boca del guía local, que los bulbos de tulipanes habían sido sacados clandestinamente de Turquía, por europeos. Comprobé una vez más, que los imperios se levantan en base al saqueo de las riquezas dde otros pueblos. Europa tiene las manos manchadas con sangre americana, asiática y africana.
El embajador austriaco fue el que se llevó unos bulbos, gran ejemplo de asesinato y genocidio europeo, si señor, ahora bien, los siglos de ocupación otomana del este europeo, el diezmar a la población de los paises ocupados como Grecia frecuentemente, la tradición de los ejércitos formados con niños quitados a sus padres eslavos, el asedio de Viena, etc, etc, y siempre queriendo entrar en la unión europea. Me parece a mi que aquí hay mucho sabio. Viva la victoria de Lepanto!. A sangre y fuego, me cago en los turcos y en to lo que se menea.
Y sabiendo esto, pasa una y otra vez…
Un saludillo 😉
Como siempre, muy interesante. Gracias.
Si el autor del presente blog me permite la modesta promoción a propósito del artículo (trabajo en el mundo de la informática y estudio Historia en la Universidad en mi tiempo libre), para aquellos interesados en la «Tulipomanía» y en otras burbujas económicas de la historia, les invito a leer mi libro «Las rimas de la historia», el cual se encuentra disponible en Amazon y en la app de Kindle.
Saludos y mi más sincera enhorabuena por tan magnífico blog.
El la Burbuja de los Tulipanes no hubo dinero, y mucho menos tulipanes, por supuesto.
Fue una burbuja de puro crédito (el crédito no tiene relación con el dinero) y del apalabramiento de compromisos de compra y venta (lo que hoy llamaríamos derivados financieros). Una parte de comprometía a proporcionar en el futuro la financiación necesaria para que otra parte de comprometiera a realizar una compra también el futuro.
No creo que nunca se llegase a suministrar la financiación necesaria ni nadie llegase a comprar nada. (Mucho menos algo tan absurdo como un tulipán). Yo creo que la Burbuja de los Tulipanes forma parte de la historia del juego pero no de la historia de las finanzas como tal, estaría más en los cimientos profundos de Las Vegas que en los cimientos profundos de Wall Street
[…] Mackay feia esment, sense referenciar, a la majoria d’exageracions que avui encara es reprodueixen a webs i fins i tot llibres, perquè no es contrasta mínimament la […]
[…] Cuando el tulipán llegó a Europa, la especulación sobre el valor de los bulbos condujo a la tulipomanía, la primera gran burbuja especulativa. Un jardinero holandés incluso diseñó una red de espejos […]
[…] Cuando el tulipán llegó a Europa, la especulación sobre el valor de los bulbos condujo a la tulipomanía, la primera gran burbuja especulativa. Un jardinero holandés incluso diseñó una red de espejos […]
Buenos días, no, no hemos aprendido nada:
La crisis del 29 fue el primer claro ejemplo. La FED, a expensas del Banco de Inglaterra, inyecta dólares ofreciendo creditos baratos a su antiguo enemigo… zas. la bolsa se dispara y luego cruje mandando al paro a muchos…
La de 2001, algo parecido, avalado por los medios y muchos políticos, considerando las tecnológicas un gran negocio cuando muchas crecieron al albor de las ayudas públicas y sucumbieron después, haciendo perder dinero a muchos…
La de las subprime, con las dos financieras Fanie esta y Ma no sé qué.. con el 50% de su capital en manos del gobierno federal… que «las obligó» a prestar a los NINJA (no inn no job) y zas, crisis al canto en la que se empobrecieron muchos…
La del coronavirus, destruyendo sin fundamento científico las economías reales de muchos países y sustituyéndolas por artificiales en que se gastan euros falsos en vacunas para una enfermedad ¡con un 0.00008% de mortandad! Una crisis dónde muchos se han arruinado…
Pero la lección no aprendida es que en todas ellas, los poderosos, avalados por sus políticos de la guarda y ayudadmos por panfletos y una población sumisa, inculta y que no se entera de nada… esos no se arruinan sino que salen más ricos…
En ninguna de ellas se dejó caer el sector afectado, que no habría repercutido, al menos no de forma significativa, en el resto que podrían haber servido de paraguas…
No, se rescataron esos sectores con dinero falso, salido de Bancos Centrales detrás de los que está la gran banca y su accionista principal: Roca Negra y sus antepasados…
La historia se repite y la sociedad, como entonces, vuelve a las urnas creyendo que solo se necesita… un cambio de dueño…