En septiembre de 1941 las tropas alemanas cercaron la ciudad de Leningrado (actual San Petersburgo)… comenzaba el sitio que duró hasta enero de 1944. Además del simbolismo de tomar la cuna de la revolución, Hitler consideraba de vital importancia Leningrado por su puerto estratégico y por la fábrica de tanques y vehículos blindados. Ante la aguerrida defensa de los soviéticos y la imposibilidad de ocuparla por la fuerza, decidió rendirla por hambre. La población fue sometida a la más increíble lucha por la supervivencia, donde el agotamiento de los alimentos llevó a los sitiados a dar buena cuenta de palomas, gatos, perros… e incluso a realizar actos de antropofagia y mercadeo de cadáveres. Los escasos suministros que llegaban, a todas luces insuficientes para una población de 3 millones, lo hacían a través del lago congelado Ládoga -el «Camino de la vida» lo llamaron-. Cuando la ciudad fue liberada, había más de un millón de muertos.
Pero hasta en aquel lugar de muerte y desolación, hubo un lugar que escapó a la barbarie… el zoo de Leningrado.
Antes de comenzar el asedio, y ante el avance de las tropas alemanas, se evacuaron unos 80 animales -casi la mitad del zoológico- a otras poblaciones: panteras negras, tigres, osos polares, tapires, un rinoceronte… pero el resto tuvieron que permanecer en el recinto durante todo el sitio. Lógicamente, los animales sufrieron las escasez mucho antes que la población. Sólo la dedicación de los propios trabajadores consiguió salvar la vida de muchos de ellos. Les procuraban alimento recogiendo hierbas, raíces, castañas, bellotas, etc; plantaron coles y nabos dentro del recinto; para los carnívoros, rellenaban los pellejos de perros y gatos con una mezcla de hierbas y restos de pescado; arreglaban las jaulas y los muros destruidos por los bombardeos; los curaban con lo poco que tenían; dormían dentro del recinto… y, a pesar de la escasez de comida que había en la ciudad, nunca nadie intentó asaltar las instalaciones del zoológico para que sirviesen de alimento.
A pesar de todos los sacrificios de los cuidadores, incluso con su propia vida, algunos animales murieron a causa de los bombardeos o los posteriores incendios, del hambre y otros tuvieron que ser abatidos al escaparse y convertirse en un peligro para la población. Pero la mayoría, como la hipopótamo Belle, lograron sobrevivir al sitio y a la guerra. Sin agua corriente y con la piscina vacía, era harto difícil poder mantener húmeda la piel de Belle para que no se secase y agrietase. Así que, Evdokia Ivanovna, su cuidadora, iba todos los días hasta el río Neva con un barril de 50 litros para recoger agua. Cuando regresaba, calentaba el agua y, tras humedecer la piel, le frotaba con aceite de alcanfor. De los 40 kg de pienso que comía diariamente antes del sitio, Belle tuvo que sobrevivir con unos 6 kg al día de una mezcla hecha con hierbas, verduras y serrín. Gracias a Evdokia, Belle consiguió superar todas las adversidades y murió de vieja en 1951.
Para la población de Leningrado el zoológico se convirtió en un símbolo de resistencia y de paz. De hecho, de los casi 900 días que duró el sitio, sólo permaneció cerrado el invierno de 1941, cuando los bombardeos eran más intensos. Los trabajadores del zoo fueron galardonados por su esfuerzo y dedicación para mantenerlo abierto y darle a la ciudad un cierta apariencia de vida.
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Gracias por la historia, muy desconocida supongo fuera de Rusia.
[…] Belle, la hipopótamo que sobrevivió al sitio de Leningrado y a la guerra […]
Cuando los humanos comprendemos lo importante que son los animales todo es bien distinto. Estas historias son de superación y lucha contra la adversidad por parte de todos.
Un abrazo amigo
Bonita historia de supervivientes. Los verdaderos animales estaban fuera bombardeando la ciudad. Bueno, los rusos, a la hora de repartir estopa, tampoco se quedaban atrás.
Un saludo.
Son historias con las que uno se cuestiona quienes son los animales racionales.
Un saludo
Desconhecia e gostei muito de saber.
Stalin comía hipopótamos también, menos mal no se enteró.
Los humanos somos así, héroes para salvar animales y lobos para los hombres. De todas formas, me descubro ante el personal del zoológico. Aunque me imagino que cuando un animal moría en un bombardeo, el menú de los cuidadores tenía mas proteínas.
Información Bitacoras.com
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Volgogrado, la ciudad ahora se llama Volgogrado
Volgogrado.era Stalingrado y San Petersburgo era Leningrado
Hola Javier al leer la entrada lo primero que pense es en Volvogrado y no me lo crei ,pero lo relei y me di cuenta de que era en San Petersburgo, pero aun asi parece mentira, sobre todo por el frio. Yo estuve en Volvogrado cuando era la URRS y me contaron que el milagro no fue tanto el contraataque sovietico sino que unos anos de primaveras muy lluviosas, veranos estremadamente calulosos y otonos e inviernos estremadamente frios.
[…] Vía Historias de la Historia […]
[…] >> extraído de: http://historiasdelahistoria.com/2014/11/28/belle-la-hipopotamo-que-sobrevivio-al-sitio-de-leningrad… […]
No los humanos sufren en las guerras… bella historia
[…] En el sitio de Leningrado, durante la Segunda Guerra Mundial, el hambre fue atroz. Se acumulaban cadáveres, había canibalismo, los ciudadanos arrastraban a sus muertos queridos a sitios dignos donde ser enterrados… Entonces, ¿por qué no comerse al hipopótamo del zoo? […]
Come me gustan este tipo de artículos siempre muestran lo mejor y peor del hombre…. la increíble valentía y amor para cuidar a esos animales…. y mas en esa época!!! un gran ejemplo a seguir y una hermosa historia para contar.
[…] más grande de la guerra, escenario de las batallas más grandes y de los asedios más brutales (Leningrado) del conflicto en Europa. Lógicamente, otras ciudades soviéticas más pequeñas también […]
Cuanto compromiso, disciplina y amor. 🙁
Creo que esto es propaganda soviética, durante el sitio de Leningrado, se comían hasta los perros y gatos, tambien hubo casos de canibalismo, y según dicen que había compra y venta de carne humana. Parece muy extraño que haya sobrevivido un hipopotamo sl Sitio de Leningrado. Los soviéticos, emitian por autoparlantes y por folletos, lo bien que vivía su sociedad, que la guerra no es les afectaba, bueno este es un ejemplo.