Jesús Berrocal-Rangel es un viajero apasionado que acaba de publicar su última novela histórica «Tierra y Destino» (Carisma Libros) junto a Antonio Castro. En 1810 el teniente británico Arhur Flinter y el húsar francés Louis D»™Armagnac cruzan sus sables por primera vez en los pinares de Cádiz, durante la Guerra de Independencia española. Desde entonces, un trágico acontecimiento marca sus destinos hasta reunirles en 1835 en plena Guerra Carlista. Los tiempos han cambiado mucho: Flinter es ahora un sobrio coronel fiel a la reina Isabel y D»™Armagnac un mercenario del pretendiente al trono. El sentido de los viejos soldados no admite réplicas. Ha llegado el momento de saldar cuentas. Pero las cosas no siempre son lo que parecen y puede que el destino tenga otros planes.

1.- ¿El primer libro que te dejó huella?. ¿Qué edad tení­as?
JB-R: Desde muy pequeño he sido lector de comics y de adolescente devoraba libros tipo Stephen King, los clásicos los he ido descubriendo algo tarde. A los dieciocho cayó en mis manos un librito de la clásica editorial Aguilar titulado Naufragios, crónica de los viajes de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Después de leer las vicisitudes que sufrió y superó el viejo Alvar, cualquier problema de nuestra moderna vida occidental se esfuma.

2.- ¿Tu primer libro que tuvimos la suerte de ver publicado?
JB-R: El Sueño del Caballero, las aventuras de un pí­caro del siglo XVI que pasa por las guerras de Italia y la conquista americana. La primera vez que se publicó, en el año 2000, fue una edición cuidada pero muy modesta de la Diputación de Badajoz, por la que guardo un cariño especial. Gracias a la buena acogida que tuvo por la crí­tica y, sobre todo, por los lectores, ha vuelto a editarse varias veces (la última en octubre de 2009) e incluso siguió el viaje de los protagonistas para distribuirse por América.

3.- Escritores y libros preferidos, releí­dos, especiales, etc.
JB-R: Como preferidos, cualquiera de Joseph Conrad, de Stevenson y de London. También Conan-Doyle, Hemingway, Pérez Galdós, Alejo Carpentier, algunos de Vázquez-Figueroa y, aunque sea un autor de cómic, debo incluir a Hugo Pratt. Mis libros releí­dos son El Corazón de las Tinieblas (Conrad) y El Doctor Jekyll (Stevenson): ambos bucean en el interior del ser humano de una manera sencilla, para recordarnos que todos somos capaces de lo mejor… y de lo peor. Entre lo más reciente, me interesan los trabajos de Ignacio del Valle, Albert Sánchez Piñol y Jesús Sánchez Adalid.

4.- ¿Cuánto suele durar la labor de documentación para escribir un libro?
JB-R: No puedo ceñirme a un patrón de tiempo determinado. Uno sabe cuándo empieza un libro pero, por lo general, desconoce en qué momento se terminará. En mi caso, la investigación histórica es una de las partes más divertidas, tanto que a veces me distrae del objetivo de crear. Creo que debe hacerse con rigurosidad, aunque teniendo claro que un novelista puede tomarse cualquier licencia siempre que no «mienta» al lector falseando o adaptando la Historia real. Por mi parte, no me limito a sumergirme en archivos y bibliotecas; siempre intento viajar a los escenarios de mis novelas para poder captar colores, luces, olores… toda sensación que pueda atesorar para que el lector «viva» la narración.

5.- Momento o momentos históricos más importantes en la Historia de España
JB-R: Como importancia positiva e interesante, los siglos XVI y XVII. Como punto de inflexión negativo, la Guerra de Independencia. De haberse gestionado correctamente aquel momento podrí­amos habernos enganchado al tren de la modernidad europea y ahorrarnos dos siglos de atraso y numerosas guerras civiles. Pero nuestro lí­der era Fernando VII, ¿qué podí­amos esperar de un tipejo de semejante calaña?.

6.- Si la realidad histórica de España es sólo una, siendo las fuentes, en teorí­a, las mismas ¿cómo se puede contar nuestra Historia de formas tan dispares?
JB-R: Tantos intereses económicos (defendidos por polí­ticos, medios de comunicación y religiones), tantas versiones de la Historia. Entre medias, todos sabemos dónde hay que buscar a los investigadores serios e imparciales: normalmente lejos de los focos y de los escenarios faranduleros.

7.- ¿Quién es tu mentor en tu pasión por la Historia?
JB-R: Sin duda, mi hermano Luis Berrocal-Rangel, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid de Antropologí­a y Etnologí­a, Prehistoria y especializado en Arqueologí­a del mundo Celta. En los años «™70, cuando yo era un niño y él un estudiante que colaboraba en las excavaciones de la Alcazaba de Badajoz solí­a llevarme a ver los restos encontrados de edificios o de soldados de distintas épocas, la mayorí­a franceses, británicos y sus aliados durante la Guerra de Independencia. Más tarde descubrí­ a Caro Baroja y, como el mejor divulgador histórico que hemos tenido, a Juan Antonio Cebrián.

8.- ¿Cuándo se rodará una gran pelí­cula histórica en nuestro paí­s?. A los intentos de «Alatriste» y «Los Borgia» creo que les falta «ese» salto de calidad. ¿Será Ágora? ¿Cuál serí­a esa pelí­cula?
JB-R: No hay que perder la esperanza, pero lo veo muy complicado. Si la mayorí­a de los espectadores estamos de acuerdo en que esa buena pelí­cula histórica no llega, quizá la industria cinematográfica deberí­a replantearse ciertos conceptos. Hay momentos fantásticos en nuestra Historia: pensemos solamente en el fascinante siglo XVI…

9.- ¿Tus aficiones «secretas»?
JB-R: El baloncesto, soy un adicto y en mis novelas suelo usar apellidos de jugadores ilustres, es un guiño a aquellos lectores que, ilusos como yo, llegamos a creer en los «™80 que habí­a una alternativa al omnipresente fútbol. También me interesan especialmente la cocina y la tecnologí­a.

10.- Un dí­a perfecto serí­a…
JB-R: Pasear durante la mañana junto a Pilar, mi mujer, por Pompeya; por la tarde un partidito de basket y por la noche un concierto de Springsteen… ¡uff, demasiado cansado para ser perfecto! Creo que prefiero planear una semana perfecta, o un mes perfecto, o…