El 28 de enero de 1896 Walter Arnold de East Peckham (en el condado de Kent) se convirtió en el primer conductor de un automóvil que fue sancionado por exceso de velocidad. Circulaba a unas 8 millas por hora (casi 13 km/h) cuando la velocidad máxima permitida en ciudad eran 2 millas (algo más de 3 km/h). La sanción que se le impuso fue de un chelín y las costas del proceso. Lo curioso es que quien lo detuvo, tras la correspondiente persecución, fue un policía que iba en bicicleta. Ese mismo año, el 17 de agosto, Bridget Driscoll se convertía en la primera víctima. Arthur Edsell conducía su flamante Roger-Benz por el barrio de Crytal Palace (Londres) cuando atropelló a Bridget, al caer tuvo la mala suerte de golpearse la cabeza y fallecer al instante. Arthur circulaba a 4 millas por hora… también con exceso de velocidad.

Y aunque la multa de Walter Arnold fue la primera por exceso de velocidad, para encontrar la primera multa por conducir ebrio nos tenemos trasladar hasta Egipto… hace 2.800 años. Lógicamente, el medio de transporte era de tracción animal, en este caso un carro.

En un papiro egipcio de hace unos 2.800 años se recoge el juicio y la primera sanción a un conductor arrestado por circular con su carro bajo los efectos del alcohol. Tras ser acusado de chocar contra una estatua y atropellar a una niña, el juez decidió imponerle la pena de ser colgado en la puerta de la taberna donde se había emborrachado a la espera de que los animales carroñeros se encargaran de hacer desaparecer su cuerpo. A ver quién es el guapo que se queja ahora por las sanciones de hoy en día.

Fuentes: El Motor, History