Londres, 26 de octubre de 1863. En Long Acre, cerca de Covent Garden, se encuentra situada una taberna llamada Freemason’s Tavern, en la que un grupo de hombres se reúnen para tomar unas pintas. Este hecho de por sí no resultaría significativo; pero si la consecuencia de esa reunión fue el nacimiento de un espectáculo que en 2015 mueve miles de millones de euros y apasiona también a miles de millones de personas, el contenido de esa reunión cobra mayor interés. En 1863, en Londres y en toda Inglaterra existían equipos que practicaban el balompié y se enfrentaban entre ellos; pero no había un reglamento común sobre las reglas de este nuevo deporte. Fue en ese año cuando Ebenezer Morley pensó que se hacía necesario dotar al fútbol de un conjunto de normas unificadas como las que ya existían en el cricket.

Freemasons Tavern (1863)

Freemasons Tavern (1863)

Morley convocó a un grupo de representantes de una docena de equipos londinenses (tanto directivos como jugadores). Los asistentes decidieron crear una asociación, la conocida como FA (Fooball Association), que estableciera un conjunto de reglas comunes para todos los jugadores y equipos practicantes del balompié en Inglaterra. Morley, designado secretario de la recién creada FA, redactó un reglamento que fue aprobado por la asociación y unificaba por primera vez las reglas que a partir de ese momento serían de aplicación a todos los partidos de fútbol disputados en Inglaterra. El primer encuentro que se celebró con el reglamento redactado por Morley tuvo lugar el 19 de diciembre de 1863 en Limes Field entre Barnes y Richmond, y acabó con el resultado de empate a cero.

Poco a poco el fútbol fue popularizándose, primero en las Islas Británicas, y después en el resto del mundo, siempre ya bajo las reglas aprobadas por la FA a raíz de la reunión mantenida en Freemason’s Tavern. A menudo esta expansión del fútbol en otros países venía auspiciada por ingleses residentes en los mismos; en el caso de España se trató de trabajadores en las onubenses minas de Río Tinto. La influencia del fútbol inglés en la de otros países no se limitó a las reglas de la FA, sino también a la uniformidad de algunos equipos; es el caso de la camiseta del Southampton y la del Athletic de Bilbao, y como consecuencia de ello de la del Atlético de Madrid… pero esa es otra historia.

Colaboración de Curiosidades de la Historia