El Ministerio para la Seguridad del Estado, más conocido como Stasi, era el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA). Con sede en Berlín Oriental, operó desde el 8 de febrero de 1950 hasta finales de 1989. Con un complejo sistema de informadores infiltrados en la sociedad alemana y un sistema brutalmente represivo, incluyendo ejecuciones secretas, controló cualquier conato de disidencia en la RDA. Toda las comunicaciones, tanto interiores como con el exterior, eran controladas por los miembros de la Stasi, llegando a interceptar hasta 20.000 llamadas telefónicas a la vez o leer 2.300 telegramas al día.

Emblema Stasi

Con la caída del Muro de Berlín y la posterior reunificación alemana se encontraron miles de expedientes en los archivos de la Stasi que puestos uno encima de otro podrían alcanzar una altura de 112 Km sin contar, lógicamente, todos los que se destruyeron en su momento. Incluso el jefe del Partido Comunista de la RDA, Erich Honecker, tenía el suyo. También se localizaron parte de los archivos de los informadores/colaboradores entre los que aparecían más de 10.000 menores de 18 años. Una de las mayores sorpresas, en esta búsqueda de los vestigios del espionaje sufrido, fue una colección de frascos de vidrio cerrados herméticamente y con pegatinas identificativas con el nombre, edad, domicilio y demás datos personales de los propietarios del contenido de los frascos…  ropa interior y otros tejidos.

Frascos Stasi

Para tener localizados a todos los disidentes, o como mínimo sospechosos, la Stasi recolectó su ropa interior, normalmente robándola de los propios domicilios. Así, si el disidente en cuestión se escabullía de la vigilancia, podía rastrearse su paradero dándoles a los perros las prendas para que pudiesen seguir su olor. Supongo que el hecho de elegir la ropa interior sería por la intensidad del olor y que las sustracciones de prendas se harían directamente del cesto de la ropa sucia. Algunos de los frascos están ahora en exhibición en el museo de la Stasi en Berlín.

Fuente e imagen: BBC