Ya sé de la fama de las suegras, aunque no es mi caso, pero todavía peor es una suegrastra.
Nos vamos a trasladar a Toledo, en la corte del rey godo Leovigildo. Fue el último rey arriano y tuvo un papel fundamental en la reunificación del reino (acorraló a los bizantinos en la zona levantina y expulsó a los suevos de Galicia) y en la organización jurídica (promulgó el Codex Revisus, una adaptación y revisión del Código de Leyes de Eurico). Casó en primeras nuncias, parece ser que con una nativa cántabra, y tuvo dos hijos: Hermenegildo y Recaredo. Tras el fallecimiento de su primera esposa se casó con Goswinda (una goda pura) viuda de Atanagildo y con la que no tuvo descendencia. Ya sabemos de los problemas sucesorios de los godos; así que, en 579 casó a Hermenegildo con la princesa Ingundis, hija del rey franco Sigeberto, para establecer un pacto con la potencia del norte.
Sólo había un pequeño detalle que podía trastocar los planes, Ingundis era católica (recordemos que la religión practicada entre los visigodos era el arrianismo y el catolicismo entre los nativos hispanorromanos). Goswinda, que además era abuela de Ingundis por parte madre, se ocuparía de meter en vereda a la joven princesa. Cuando llegó a Toledo, Goswinda la acogió y trató de convencerla con buenas palabras, pero no contaba la férrea resistencia en las creencias de Ingundis. La abuela/suegrastra pasó a la acción: la golpeó hasta hacerla sangrar, la humilló, vejó y finalmente la desnudó y metió en un estanque de agua helada… pero nada pudo quebrar la fé de Ingudis.
Leovigildo, ajeno a las prácticas de su mujer, nombró a Hermengildo gobernador de la Bética y allí partieron los jóvenes esposos. Lo que nadie sospechaba es que en Sevilla, alejados de la influencia de la bruja Goswinda y bajo la influencia de Leandro (obispo de Sevilla) y su esposa, el príncipe heredero se convertiría al catolicismo. Lo que daría lugar al enfrentamiento entre Leovigildo, junto a su otro hijo Recaredo, contra Hermenegildo. El príncipe católico perdió la batalla y posteriormente la vida.
Y como la historia es caprichosa, Hermenegildo, en su lecho de muerte, aconsejó a Recaredo convertirse al catolicismo. En el año 587, en el III Concilio de Toledo, el reino visigodo se convertía al catolicismo. Hermegildo fue canonizado en 1585 por el papa Sixto V.
Para saber más sobre el enfrentamiento entre Leovigildo y Hermenegildo, audio de Juan Antonio Cebrián.
Hola
vaya lo pagano y lo católico
menudo choque de culturas
un abrazo
[…] Peor que una suegra, una suegrastrahistoriasdelahistoria.com/2009/09/17/peor-que-una-suegra-una… por Litosan hace pocos segundos […]
«Ya sé de la fama de las suegras, aunque no es mi caso»
Pelotaaaaaa!!! jajajaja
Un abrazo Javier, interesante y curioso post, como siempre.
Nunca se sabe quien leerá el blog.
Un saludo
Con suegrastas así, quien quiere un reino. jejeje
saludos.
de aquí puede vernir la mala fama de las suegras…
un abrazo.
Muy curioso l post. Cosas tan insignificantes como estas, en mi opinión, pueden cobrar mucha importancia actualmente. Y sí. Quizá sea este el principio de odio universal a las suegras.
Hola.
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Saludos y gracias por todo
Lo de la «fama» de las suegras debe de ser la Prehistoria, cuando veían como sus hijas eran arrastradas por los pelos y les hacían la vida imposible a los yernos.
Un saludo