Las tarifas del sistema postal anglosajón de principios del siglo XIX dependían de la distancia entre el origen y el destino de la carta así como del número de hojas de papel que se usaban. De hecho, la tarifa se duplicaba si se utilizaban dos hojas en una carta. Como suele suceder, surgieron distintos métodos ingeniosos que burlaban este aumento de coste, como el de escribir la carta en una única hoja con letra diminuta y aprovechando cada milímetro de espacio del papel.
Pero más curioso era el sistema de la «carta cruzada«.
Primero se leía la carta sin hacer caso a las líneas cruzadas. Después se giraba la hoja 90 grados y se continuaban leyendo las líneas cruzadas.Puede parecer imposible a primera vista, pero con un poco de práctica se hacía legible y, lo que es mejor, se conseguía escribir en una única hoja lo que de otra manera hubiera necesitado varias, consiguiendo así una notable reducción en la tarifa postal.
Imágenes: earsathome y Bradfer Lawrence collection, Archivos Nacionales Británicos.
Colaboración de Guillermo
Está claro que la necesidad hace que se agudice el ingenio.
Siempre ha sido así y a pesar de todos los avances que día a día nos invaden, espero que siga siéndolo.
Saludos
Hola! muy interesante el post y muy interesante tu blog, acabo de descubrirlo y lo añadiré a mis favoritos. Seguiré visitándote.
Un saludo:
Eva
¡Qué idea más buena y qué solución más sencilla! Si no hay nada como pasar apuros, como dice Miguel.
Saludos.
que bueno… el fraude se nota ya existia desde tiempos remotos.
Interesante blog, descubierto gracias a los premios 20 blogs.
[…] Las tarifas del sistema postal anglosajón de principios del siglo XIX dependían de la distancia entre el origen y el destino de la carta así como del número de hojas de papel que se usaban. […]
Interesante!
[…] Las tarifas del sistema postal anglosajón de principios del siglo XIX dependían de la distancia entre el origen y el destino de la carta así como del número de hojas de papel que se usaban. […]
Algo así cómo el WINRAR de aquellos tiempos. Ingeniosa compresión.
[…] Un hecho curioso […]
Ese mismo método se utilizó en España en las postales por razones lógicas hasta, bien entrado el siglo XX.