Los reyes en la Historia han utilizado los matrimonios de sus hijos para afianzar alianzas y establecer pactos, pero el caso de Lucrecia Borgia es un caso excepcional por la cantidad de matrimonios de conveniencia que sufrió y porque su padre, encargado de «buscar» maridos, era el papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia).

Lucrezia Borgia Bartolomeo Veneziano

Siendo cardenal, Rodrigo Borgia, pactó la boda de Lucrecia, de 10 años, con un aragonés de la casa de los Condes de Oliva. En 1492 Rodrgo Borgia es nombrado Papa con el nombre de Alejandro VI y decide que este matrimonio, ahora, no conviene y rompe el matrimonio alegando que no se habí­a consumado.

Un año más tarde, Alejandro VI y César Borgia (su hijo mayor) desposan a Lucrecia (con 13 años) con Giovanni Sforza (26 años). Los Sforza es una poderosa familia milanesa que controla el Norte de Italia. Esta unión no impide la unión de los Sforza con Francia, cuatro años más tarde, y el Papa decide descasarlos. Acusan a Giovanni de impotente y homosexual; esta ruptura significará el odio eterno de la familia milanesa.

En 1500, su padre echa la vista al Sur para buscar un nuevo pacto y encuentra a Nápoles (aliado de Aragón). El elegido es Alfonso de Aragón. El matrimonio dura poco, ya que los celos hicieron mella en su hermano César (enamorado de su hermana) y manda asesinar a su cuñado Alfonso.

Al año siguiente el elegido es Alfonso de Ferrara, duque de Ferrara. éste será el último, gracias a Dios en 1502 muere Alejandro VI.

Una vida desdichada de, según dicen, la mujer más guapa de Italia, que fue utilizada como moneda de cambio y a la que persigue una leyenda negra.

Foto: Wikipedia

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