Se llamaban ordalías (o juicios de Dios) a las pruebas que, especialmente en la Edad Media, tenían que superar los acusados para probar su inocencia. Y más valía que el Destino, la Divina Providencia o la Diosa Fortuna estuviesen de tu parte, porque en caso contrario era harto difícil superar las pruebas.
Existían varias «modalidades», como el duelo, la prueba del hierro candente, el pan y el queso o la prueba del agua:
- Duelo o reto.- cada parte elegía un campeón que, con la fuerza, debía hacer triunfar su buen derecho (en los pueblos germánicos este combate era consentido si la disputa se refería a tierras o dinero).
- Prueba del hierro candente.- el acusado debía coger con las manos un hierro al rojo vivo durante un cierto tiempo, si en sus manos había signos de quemaduras era culpable. Otra variedad de esta ordalía era coger un objeto pesado que se encontraba en el fondo de una olla de agua (o aceite) hirviendo e igualmente no mostrar rastro de quemaduras.
- Pan y el queso.- el acusado debía comer cierta cantidad de pan y queso, si era culpable Dios enviaría un ángel para apretarle el gaznate de modo que no pudiese tragar.
- Prueba del agua.- se ataba al imputado de modo que no pudiese mover ni brazos ni piernas y después se le echaba al río (o al mar), se consideraba que si flotaba era culpable y si se hundía era inocente. Se pensaba que el agua siempre estaba dispuesta a acoger en su seno a un inocente mientras rechazaba al culpable. Esta ordalía tenía un pequeño inconveniente, ya que el inocente se podía ahogar; así que hubo que pulirla.
Los amigos siempre están ahí y para mi es un honor tenerte como amigo,gracias por todo.
Saludos Cordiales
A uno ya no le sorprende lo que se puede hacer en nombre de Dios.
Hemos visto recientemente un documental sobre la santa inquisición española del discovery channel (lo recomiendo),y bueno,no tengo palabras
La historia del cristianismo después de Jesús y los apóstoles es un recorrido por la oscuridad de la superstición y el abandono de la sencilla verdad de la Biblia. Precisamente las Escrituras indicaron que habría un tiempo en que se desarrollaría una gran apostasía y que esta prevalecería hasta el tiempo del fin. Considero que el catolicismo y las posteriores iglesias protestantes son el marco institucional de este cumplimiento profético. Analice usted mismo en su Biblia Mateo 13:24-30 y 2 Tesalonicenses 2:2,3. Un minucioso examen de lo que sucedió en el Concilio de Nicea comparado con el relato de Hechos nos permite confirmar la ilegitimidad de una Iglesia que se hizo parte del mundo en contradicción con lo expresado por Jesús en Juan 17:19.
[…] En connivencia con la Iglesia, y para servir de escarmiento, es sometido al juicio de Dios (ordalía) acusado de brujería. Cuando todo está perdido…Â la campaña de Sancho Ramírez I, […]
hola senovila llamame 🙂
te amo
[…] http://historiasdelahistoria.com/2008/10/09/ordalias-o-juicios-de-dios […]