Aunque los Reyes Católicos en 1492 fueron quien, tras la toma de Granada, terminaron la «Reconquista» y unificaron los reinos cristianos, no fueron los primeros que lo intentaron. La idea la tuvieron muchos, pero sólo el intento de Urraca I de Castilla y León y Alfonso I de Aragón y Navarra «el Batallador» es digno de mención.

Alfonso I y Urraca

Alfonso I y Urraca

Tras la muerte de Alfonso VI de Castilla y León sin descendencia masculina, obviamos la muerte de su hijo Sancho en la batalla de Uclés fruto de su amor apasionado con la «mora» Zaida, la princesa Urraca obtuvo el trono de su padre (siendo la primera ocasión en el que una mujer heredaba el trono). Los nobles de ambos reinos, Castilla-León y Aragón, vieron la ocasión propicia para unir ambos reinos con el matrimonio de Urraca, viuda de Raimundo de Borgoña, y Alfonso. Llegaron a casarse en 1109, pero rápidamente los caracteres tan dispares dieron lugar a peleas, insultos e incluso Alfonso llegó a encerrar a Urraca. Al final Alfonso repudió a su mujer y el Papa también se llevó una gran alegrí­a, dada su consanguinidad (eran primos). Y aquí­ se terminó el primer intento de unificación.