Aunque se sabe que se hacía desde mucho antes, encuadernar libros con piel humana, práctica conocida como bibliopegia antropodérmica, tuvo su época más prolífica durante el siglo XIX. Existen numerosos ejemplos de libros encuadernados con esta técnica que han llegado hasta nosotros, la mayor parte de estos ellos están en bibliotecas, museos y colecciones privadas, pero el caso de la irlandesa Mary Lynch es un tanto particular: se utilizó la piel de sus piernas para encuadernar tres libros.
Según la autopsia de Mary Lynch, publicada por el médico John Stockton Hough, fue hospitalizada en 1869 por una tuberculosis, pero su muerte nada tuvo que ver con esta enfermedad. Como la alimentación que se dispensaba en el hospital no era la más adecuada, por su cantidad y también por su calidad, su familia estuvo llevándole comida regularmente, sobre todo salchichas de cerdo. Con la mala suerte de que aquella carne estaba infectada con Trichinella spiralis, el parásito que produce la triquinelosis o triquinosis. Enfermedad que le produjo la muerte en apenas seis meses a la edad de 28 años.
Supongo que amparándose en la Ley de Anatomía (1832) que permitía a los familiares donar los cuerpos a las escuelas o facultades de medicina para «investigar/practicar» con ellos a cambio de que éstas asumiesen los gastos de sepultura, el joven John Stockton Hough se hizo cargo del cuerpo antes de enterrar los restos en la fosa común del hospital. Pero el cuerpo de Mary se iba a destinar a otros menesteres. Antes de ser enterrada, el doctor Hough tiró de bisturí y le quitó la piel de los muslos. Durante meses la estuvo trabajando en el sótano del hospital, a escondidas de miradas indiscretas, hasta que tuvo curtida la piel -probablemente con orina-. Nada se volvió a saber de la piel de Mary, hasta casi 20 años después, concretamente en 1887, cuando el doctor la utilizó para encuadernar tres libros: Speculations on the Mode and Appearances of Impregnation in the Human Female, Le Nouvelles Decouvertes sur Toutes les Parties Principales de L’Homme et de la Femme y Recueil des Secrets de Louyse Bourgeois (publicados originalmente en 1789, 1680 y 1650 respectivamente); tres tratados de medicina relativos al parto, la concepción y la salud de la mujer en general.
El porqué lo hizo es un misterio, pero parece ser que los médicos que utilizaban esta técnica lo hacían en memoria de sus pacientes -recordemos que él fue quién descubrió la causa de su muerte cuando le hizo la autopsia-. Así que, podemos especular que ese fue el motivo. Además, el hecho de elegir aquellos tratados bien podría haber sido porque la primera esposa de John Hough falleció durante el parto seis años después de Mary. Hoy en día los libros se encuentran en el Museo Mütter (Filadelfia, EEUU), donde se reúnen las colecciones más extrañas relacionadas con la anatomía y la medicina. Cada uno de los libros tiene una nota manuscrita del médico indicando que la piel con la que están encuadernados es de los muslos de Mary Lynch.
Fuentes: The legacy of Mary Lynch, Buzzfeed
curioso, desde luego no me parece un mal final, como lector me gustan las fundas de piel, como humano, una vez muerto, no me importaria que se usase mi piel para encuadernar un libro, eso si un libro de calidad nada de 50 sombras ni crepusculo….
[…] Mary Lynch, la mujer cuya piel se utilizó para encuadernar libros en el XIX: “Aunque se sabe que se hacía desde mucho antes, encuadernar libros con piel humana, práctica conocida como bibliopegia antropodérmica, tuvo su época más prolífica durante el siglo XIX. Existen numerosos ejemplos de libros encuadernados con esta técnica que han llegado hasta nosotros, la mayor parte de estos ellos están en bibliotecas, museos y colecciones privadas, pero el caso de la irlandesa Mary Lynch es un tanto particular: se utilizó la piel de sus piernas para encuadernar tres libros.” […]
[…] Mary Lynch, la mujer cuya piel se utilizó para encuadernar libros en el XIX: “Aunque se sabe que se hacía desde mucho antes, encuadernar libros con piel humana, práctica conocida como bibliopegia antropodérmica, tuvo su época más prolífica durante el siglo XIX. Existen numerosos ejemplos de libros encuadernados con esta técnica que han llegado hasta nosotros, la mayor parte de estos ellos están en bibliotecas, museos y colecciones privadas, pero el caso de la irlandesa Mary Lynch es un tanto particular: se utilizó la piel de sus piernas para encuadernar tres libros.” […]
[…] Mary Lynch, la mujer cuya piel se utilizó para encuadernar libros en el XIX: “Aunque se sabe que se hacía desde mucho antes, encuadernar libros con piel humana, práctica conocida como bibliopegia antropodérmica, tuvo su época más prolífica durante el siglo XIX. Existen numerosos ejemplos de libros encuadernados con esta técnica que han llegado hasta nosotros, la mayor parte de estos ellos están en bibliotecas, museos y colecciones privadas, pero el caso de la irlandesa Mary Lynch es un tanto particular: se utilizó la piel de sus piernas para encuadernar tres libros.” […]