Dicen que la historia la escriben los vencedores y, por tanto, los que caen derrotados se convierten en meras comparsas o espectadores de lujo de las grandes gestas de los victoriosos. Pero también hay ocasiones, como en la Revolución mexicana, en las que los propios vencedores dejaron en un segundo plano u olvidan a compatriotas que lucharon junto a ellos. En este caso, por su condición de mujeres… las soldaderas mexicanas.
El término soldadera viene de soldada (la paga de un soldado) porque aunque en muchos casos estas mujeres eran las propias esposas o madres de los combatientes, también había muchos revolucionarios que contrataban a mujeres para atenderles o, en el peor de los casos, eran secuestradas y llevadas como sirvientas. Algunas llegaron a luchar codo con codo con los hombres o incluso comandando grupos rebeldes (Margarita Neri, María Pistolas, Juana Ramos, Carmen Vélez…), otras fueron importantes en su labor política y propagandística (Dolores Jiménez, Hermila Galindo…) pero la mayoría de ellas fueron mujeres anónimas que seguían a sus maridos e hijos como enfermeras, cocineras, costureras y lo que se terciase. Fueron las encargadas de la intendencia y la infraestructura que acompañaba a los diferentes ejércitos revolucionarios. Lógicamente, entre las soldaderas también había mujeres que sólo trataban de buscarse la vida vendiendo tortitas de maíz o prostituyéndose.
El trato que estas mujeres recibieron dependía de quién estuviese al frente de cada ejército. Dicen que Emiliano Zapata les dispensaba un buen trato y, por el contrario, Pancho Villa no permitía que luchasen a su lado e incluso las llegó a utilizar como carnaza en la toma de Morelos. Reclutó de entre todas las mujeres que acompañaban a su ejército a las más jóvenes y hermosas con la misión de distraer a la guarnición de los federales. La labor de distracción incluía algo más que risas y alcohol. Cuando la guarnición del pueblo estaba disfrutando de una auténtica bacanal, las tropas de Pancho Villa atacaron y consiguieron tomar el pueblo sin apenas resistencia.
Esta falta de reconocimiento fue suplido por la música, como el corrido mexicano Adelita. Cuenta la historia de una soldadera llamada Adelita que enamorada de un sargento viaja con él y su regimiento…
Si Adelita se fuera con otro
la seguiría por tierra y por mar
si por mar en un buque de guerra
si por tierra en un tren militar…
El gran actor Anthony Quinn (Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca) fue el hijo de Francisco Quinn, un revolucionario de origen irlandés, y una soldadera llamada Manuela Oaxaca. Sirva esta historia como un pequeño recuerdo para aquellas mujeres tratadas en muchas ocasiones peor que a los caballos pero que fueron responsables del éxito de una revolución.
Fuente: Caballos de Troya de la historia
Imágenes: El cine de la Revolución, Adelita
[…] Dicen que la historia la escriben los vencedores y, por tanto, los que caen derrotados se convierten en meras comparsas o espectadores de lujo de las grandes […]
Información Bitacoras.com
Valora en Bitacoras.com: TweetDicen que la historia la escriben los vencedores y, por tanto, los que caen derrotados se convierten en meras comparsas o espectadores de lujo de las grandes gestas de los victoriosos. Pero también hay ocasiones, como e…
Las grandes olvidadas de la historia.
La historia no es que la escriban los vencedores, sino los hombres.
Un saludo.
[…] Las heroínas olvidadas de la revolución mexicana […]
[…] » noticia original (historiasdelahistoria.com) […]
la toma de Morelos por Villa? podrían ahondar mas en ese tema
Tienes mucha más info en los trabajos de la escritora mexicana Elena Poniatowska: «Las soldaderas», «La Adelita», «Hasta no verte, Jesús mío»…
Morelos era zona zapatista, no villista. Morelos no es un pueblo o una ciudad, es un estado (o provincia, como le llamarían en otros países). Zapata fue quien tomó las principales ciudades de Morelos como Cuernavaca y Cuautla. Aunque aliados en la una fase de la Revolución, el sur, donde está Morelos, no fue área de influencia de Pancho Villa.
[…] >> extraído de: http://historiasdelahistoria.com/2014/06/30/las-heroinas-olvidadas-de-la-revolucion-mexicana […]
Nunca llegaré a entender esa mania de la historia de dejar a las mujeres de lado… con lo bien que lo hacen siempre
Ejem! Esto es casi una mentira. En México jamás se ha olvidado el papel de las «Adelitas» el groso de la población actual tiene una completa idea de quienes fueron y lo que hicieron por el país.
A los niños les enseñan esas canciones y en la fecha de la revolución las cantan y desfilan por las calles disfrazados de revolucionarios.
Exacto, soy mexicana, y en efecto, aquí sabemos perfectamente quienes fueron las soldaderas, en que asuntos participaron, quienes eran y de donde venían…. Hay muchos historiadores aquí, que se han dedicado a exponer la historia de la revolución con lujo de detalle, incluso cosas que no se compartían en los libros de historia más conocidos.
Pero a los extranjeros y extranjeras ,no.
Hay.una excelente descripción de las soldaderas, fuera del plano romantico que da la retrospectiva de la historia, que nos narra Heriberto Frias, de experiencias propias en el capitulo 4 de su novela «Tomochic» antecesora por un breve tiempo a la revolución, pero continuo vigente durante la misma, de la que me permito reproducir algunos parrafos:
«¡Las soldaderas! … Miguel les tenía miedo y admiración; le inspiraban ternura y horror. Parecíanle repugnantes. Sus rostros enflaquecidos y negruzcos, sus rostros de harpías y sus manos rapaces, eran para él una torturante interrogación siniestra …
Las vio lúbricas, desenfrenadas, borrachas, en las plazuelas, en los barrios de México, donde pululaban hirviendo en mugre, lujuria, hambre, y chínguere y pulque …
Así las había visto; así le habían adolorido el corazón y asqueado el estómago, por sus tristes crímenes imbéciles, por sus tristes vicios estúpidos …
Y he aquí que ahora las contemplaba, maravillado, casi luminosas … y sus toscas figuras adquirían relieve épico, por su abnegación serena, su heroísmo firme, su ilimitada ternura ante los sufrimientos de sus juanes, de sus viejos, de aquellas víctimas inconscientes que sufriendo vivían y morían …»
Excelente novela, muy recomendable, saludos!!!
[…] Y así, viajamos desde María Magdalena, VenusVenus y Safo de Lesbos hasta las revolución contenida y silenciosa de las Abuelas de la Plaza de Mayo y las líderes indígenas latinoamericanas pasando por Evita, Marilyn Monroe, Rigoberta Menchú, las comuneras de París o las guerreras de la revolución mexicana. […]
[…] Imagen tomada del artículo ‘LAS HEROÍNAS OLVIDADAS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA’ […]