La perra Judy, un pointer inglés, fue el único perro reconocido como prisionero de guerra y, además, el gobierno británico la condecoró con la Medalla Dickin, que reconoce el mérito de los animales en tiempos de guerra.

Judy nació en algún lugar de Shangai y siendo un cachorro fue adoptado como mascota por la tripulación del HMS Gnat de la Royal Navy pasando más tarde al cañonero HMS Grasshopper. En 1942, el cañonero fue torpedeado por los japoneses y quedó muy dañado. Aún así, la tripulación consiguió llegar hasta una isla deshabitada… más de 50 hombres abandonados a su suerte sin apenas comida y sin agua. Después de dos días, apareció Judy y, tras recibir las carantoñas de sus compañeros, comenzó a escarbar hasta que… encontró agua dulce y les salvó la vida. Consiguieron salir de la isla cuando se hicieron con un junco chino, pero fueron capturados por los japoneses y llevados al campo de prisioneros de Medan en plena selva. Como no querían abandonar a su salvadora, Judy estuvo camuflada durante varios días en un saco de arroz. Ya en el campo, la perrita fue adoptada por el aviador inglés Frank Williams y juntos compartían la escasa ración de comida. Pero Judy no era sólo una mascota, siempre estaba vigilante y avisaba cuando en los barracones entraba alguna serpiente o cuando se acercaban los guardias a los que incluso llegó a atacar -llevándose algún culatazo que otro-. Viendo que aquella actitud hacia peligrar la vida de Judy, Frank logró convencer al oficial de más alta graduación de los prisioneros para que solicitase al comandante japonés que la registrase como prisionero de guerra. Aprovechando un día que el sake corrió por el campo de prisioneros, y ayudado por todo lo que pudieron reunir para sobornarlo, firmó los papeles… Judy se convirtió en el prisionero de guerra 81A.

Frank Williams y Judy en el campo de Medan

Frank Williams y Judy en el campo de Medan

En junio de 1944, los prisioneros fueron trasladados a Singapur pero durante el viaje el barco fue atacado y Frank decidió lanzarla al agua para salvarla de los proyectiles. El barco se hundió y los prisioneros que no murieron durante el ataque fueron capturados. Frank fue llevado a otro campo… pero sin Judy. Conforme iban llegando el resto de prisioneros, llegaban noticias de Judy: había salvado a varios prisioneros acercándoles trozos de madera para que no se ahogasen e incluso llevándolos hasta la orilla… pero pasaban los días y Judy no aparecía. Hasta que un día cuando estaba trabajando en la jungla, un animal salió de entre la espesura y se lanzó a los brazos de Frank… era Judy. Estaba muy delgada, sucia y tenía una herida en una pata con la marca del ataque de un cocodrilo. Aquella inmensa alegría fue un estimulante para todos y un consuelo en aquellas duras jornadas de trabajo, hambre y enfermedades.

En 1945, cuando terminó la guerra, los prisioneros fueron liberados y embarcados hacia Liverpool pero… las mascotas no estaban permitidas a bordo. No hubo problema, todos ayudaron a Frank a camuflar a Judy para que les acompañase de regreso a casa. Ya en casa, Frank, acompañado de Judy, se dedicó a visitar a los familiares de los soldados que no habían regresado. Judy fue entrevistada por la BBC con motivo de las celebraciones de la victoria al año siguiente y solamente dijo “guau, guau, guau”. Estuvieron juntos hasta que en 1950, con 13 años, a Judy se le detectó un tumor y Frank tuvo que sacrificarla.

El día que recibió la medalla Dickin

El día que recibió la medalla Dickin