Los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 tuvieron dos grandes protagonistas: Hitler y el atleta estadounidense Jesse Owens, ganador de las pruebas de 100m, 200m, 4x100m y salto de longitud. Pero en este artículo no voy a hablar de ninguno de ellos, los protagonistas de esta historia son dos atletas que no ocuparon los titulares de los medios pero que demostraron que la amistad está por encima de las marcas y los resultados… los saltadores de pértiga nipones Shuhei Nishida y Sueo Oe.
En la prueba de pértiga el estadounidense Earle Meadows consiguió superar 4,35 metros y los japoneses Shuhei Nishida y Sueo Oe consiguieron un mejor salto con 4,25 metros. A las nueve de la noche y después de varias horas saltando sin poder superar los 4,25 metros ninguno de los dos, la organización decidió zanjar el tema y propuso a la delegación japonesa que fuesen ellos los que determinasen el reparto de la medalla de plata y bronce. A efectos del medallero, Earle Meadows se llevó el oro, Nishida la plata -por haber conseguido el mejor salto en su primer intento- y Oe el bronce. Como aquella decisión no satisfizo a los pertiguistas japoneses, decidieron arreglarlo a su modo cuando regresaron a Japón. Llevaron ambas medallas a un joyero local y le encargaron que las cortase por la mitad y luego las volviese a unir para que cada una de ellas tuviese una mitad de plata y la otra de bronce. A aquellas medallas se les llamó «las medallas de la amistad».
Lamentablemente, esta historia hoy en día, donde sólo vale ser el mejor incluso pasando por encima de tus rivales, es harto difícil que se vuelva a repetir.
[…] Cuando la amistad está por encima de la competición, incluso en unos Juegos Olímpicos […]
Espíritu deportivo, como bien dices ha quedado relegado a un segundo
plano en este deporte de hoy tan profesionalizado. Sólo los amateur
podemos permitirnos ese capricho…Un abrazo, maestro
El dinero que todo lo ensucia…
Un abrazo magister.
Ese es el espíritu olímpico de verdad, citius, fortius, altius en concordia y amistad.
Tú lo has dicho en concordia y amistad.
Sobre lo de cortar una medalla para darla a un amigo, pasó en los JJOO de Atlanta ’96. España de balonmano ganó el bronce sin uno de sus integrantes más ilustres: Enric Masip. Uno de sus mejores amigos, Mateo Garralda, sí que la ganó, por lo que, al volver a España, fue a un joyero para que la cortara por la mitad y los dos amigos se quedaran con una parte.
No tenía ni idea. Es un caso similar.
Gracias
Información Bitacoras.com
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Eseo ya no existe, ni el espíritu olímpico, ni esa amistad tan leal, aunque conozco casos bastante leales, ante una medalla olímpica seguro que, hoy en día, no sería así!!!
Feliz domingo y semana Javier TQM,
[…] Cuando la amistad está por encima de la competición, incluso en unos Juegos Olímpicos plus por jsanz en cultura | historia hace nada […]
La medalla más bonita que he visto. Por lo que significa, la amistad se demuestra en gestos… Preciosa historia 😉
Amistad… divino tesoro.
Un beso
Gracias por compartir esta historia. Es de las que te alegran el día cuando la lees.
Y es que al final, tratar bien al de al lado redunda en que a ti también te traten bien.
Os enlazo un artículo que trata sobre este aspecto.
Mi caracter depednde de cómo me tratas: http://ow.ly/ogj7g
Genail el artículo
Amen a tu ultima frase. Triste realidad
[…] >> extraído de: http://historiasdelahistoria.com/2013/08/25/cuando-la-amistad-esta-por-encima-de-la-competicion-incl… […]
muy lindo, y si… virtualmente imposible que se repita hoy en día
http://elmarcadordejmsurroca.blogspot.com.es/2015/03/el-gesto-de-compartir-una-medalla-por.html?view=magazine
[…] ser la de Hitler negándose a aplaudir cualquier victoria no alemana. Y aunque la anécdota de los atletas que combinaron en un joyero sus medallas de plata y bronce no puede pasar desapercibida, el duelo entre Jesse Owens y el atleta favorito de Hitler merece ser […]
[…] JAVIER SANZ — 25 AGOSTO 2013 […]