A lo largo de los años las disciplinas que han formado parte de los Juegos Olímpicos han ido variando, una veces incorporándose nuevas (en Río 2016 debutan el rugby y el golf, y en Tokio 2020 el COI ha anunciado que se incluirán como nuevas disciplinas el skate, el surf, la escalada deportiva, el karate y el beisbol/softbol); y en otras desapareciendo, como el tirón el pichón, la pelota vasca, el ascenso en globo, el lacrosse, trepar la cuerda o… el arte (competiciones de arquitectura, escultura, literatura, pintura y música).

Aros Olímpicos

En los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912 el estadounidense Walter Winans consiguió una medalla de oro con 60 años; para él no era nada nuevo conseguir un metal olímpico, ya tenía una de plata de estos mismo juegos y otras dos (oro y plata) de Londres 1908, todas ellas en la disciplina de tiro; pero aquella tenía un sabor especial… era el oro olímpico en la competición de escultura que consiguió por la obra «An American Trotter«

An American Trotter

Aunque en la idea primigenia que tenía Pierre de Coubertin para los Juegos Olímpicos también estaban incluidas las competiciones de arte, no sería hasta los Juegos de Estocolmo 1912 cuando tendrían cabida bajo las disciplinas de arquitectura, escultura, literatura, pintura y música. El único requisito para poder competir era que las obras tuvieran su inspiración en el deporte. Hasta 33 artistas (principalmente europeos) presentaron sus obras y se otorgó una medalla de oro en cada una de las cinco categorías. Además de Winans, también consiguieron su medalla de oro el italiano Giovanni Pellegrini en pintura, los suizos Alphonse Laverrière y Eugène-Edouard Monod en arquitectura, el italiano Ricardo Barthelemy en música y en literatura George Hohrod y Martin Eschbach -seudónimo con el que presentó «Ode au Sport» (Oda al Deporte) el propio barón de Coubertin-.

Oda al Deporte - Coubertin

Aunque entre 1912 y 1948 los artistas de estas cinco disciplinas tomaron parte en los Juegos, la realidad es que estas competiciones eran un tanto caóticas: se necesitaban «espacios» diferentes a los puramente deportivos, en varias ocasiones las medallas (ya ampliadas a las típicas de oro, plata y bronce) quedaron desiertas por lo «relativo» del arte y la opinión de un jurado e incluso algunas competiciones se dividían en unos Juegos y agrupaban en otros (en Ámsterdam 1928 la literatura tenían tres subcategorías: líricas, dramáticas y épicas, en Los Ángeles 1932 se reagruparon y en Berlín 1936 se volvieron a dividir).

Pinturas presentadas en los Juegos de Amsterdam 1928

Pinturas presentadas en los Juegos de Amsterdam 1928

Pero lo que realmente hizo desaparecer el arte de los Juegos Olímpicos fue el amateurismo. Mejor dicho, habría que decir la defensa a ultranza del deporte amateur y la oposición al profesionalismo y a la comercialización de los Juegos Olímpicos del estadounidense Avery Brundage, nombrado presidente del COI en 1952. Entendía que la mayoría de los participantes en las competiciones de arte eran profesionales en sus disciplinas y que se utilizaban los Juegos como un escaparate para que sus trabajos se conociesen internacionalmente y poder vender sus «productos». Avery Brundage ganó la partida y las competiciones de arte desaparecieron de los Juegos. De hecho, en los medalleros históricos del COI dichas medallas no están contabilizadas.

El hecho de que los Juegos se convirtiesen en un espectáculo de masas, en el mayor escaparate mundial y en un negocio económico y hasta político, abrió las puertas al profesionalismo… y al dinero. Aún así, las competiciones de arte ya no se recuperaron y nunca más volvieron a ser disciplinas olímpicas… pero hubo un tiempo en que lo fueron.

Fuentes: The Atlantic, The Smithsonian