Los hermanos Juan y Jesús García Naveira emigraron desde Betanzos (A Coruña) a Argentina en el siglo XIX para hacer fortuna, como tantos otros compatriotas… pero ellos lo lograron. A su regreso a España en 1893 financiaron obras benéficas en su villa natal: escuelas, fuentes, asilos, hospitales,… Pero su obra más original fue un parque temático, El Pasatiempo, quizá el primer parque temático de Europa.

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Juan García, su promotor, quería que la gente de su pueblo conociera el mundo. Antes de la eclosión de los medios de comunicación de masas, una forma de dar a conocer lo que sucedía a lo largo y ancho del planeta era mediante la organización de exposiciones universales, en las que se mostraban réplicas de monumentos famosos, se difundían inventos técnicos y se daban a conocer las riquezas de los países y las colonias.

El Pasatiempo era una especie de Feria Universal en miniatura: tenía esculturas, frisos y pinturas de emperadores romanos, papas, escritores famosos, mapas, pirámides egipcias, el Canal de Panamá, dinosaurios, la Gran Muralla China, leones, hipopótamos, conchas, buzos, un coche y un aeroplano. Contaba también con un jardín botánico y un zoo. Era una enciclopedia sin palabras, un complemento a las escuelas fundadas por los hermanos emigrantes. La historia que contaba el parque mezclaba socialismo utópico y cristianismo; en una inscripción, hoy desaparecida, se podía leer “Jesucristo fue el primer socialista”. Pero al mismo tiempo, Juan García creía firmemente en el capitalismo; al fin y al cabo hizo su fortuna en una economía de mercado.

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Después de la muerte de su impulsor, en 1933, el parque entró en decadencia. Pero el golpe definitivo se lo dio la Guerra Civil. De parque del conocimiento pasó a ser campo de prisioneros. El lugar se transformó en un centro de internamiento para 1.800 personas. Es una ironía que uno de los grandes utópicos españoles del siglo XX estuviera encarcelado aquí: Vicente Ferrer, anarquista, jesuita y fundador de la ONG que ha contribuido a mejorar la vida de millones de personas en la India.

Otra paradoja: Las ruinas de El Pasatiempo, el suelo utópico de un emigrante ilustrado, están hoy cortadas en dos por una avenida dedicada a Manuel Fraga Iribarne, ministro de la dictadura franquista.

Colaboración de Javier Ramos de Lugares con Historia