La Revolución Industrial, o lo que es lo mismo, el proceso de transformación económico, social y tecnológico que se inició en la segunda mitad del siglo XVII en Gran Bretaña y permitió el paso desde una economía rural basada en la agricultura y el comercio a una de carácter urbana y mecanizada, no llegó a España de manera oficial hasta mediados del siglo XIX con la introducción de la máquina de vapor Bonaplata en Barcelona.
Sin embargo, un visionario español del siglo XVII estuvo muy cerca de cambiar el rumbo de la historia de nuestro país con un proyecto piloto que llegó a convertirse en el complejo preindustrial más avanzado de su época en Europa: el Nuevo Baztán. Aquí se prefiguró lo que hubiera sido la Revolución Industrial con mayúsculas de haberse dado en España y no en otros países de Europa.
Juan de Goyeneche y Gastón (1656-1735), banquero, editor, periodista y hombre de industria que llegó a ser tesorero de Carlos II, instaló en el pueblo madrileño de Olmeda de las Cebollas (hoy Olmeda de las Fuentes), durante la Guerra de Sucesión, una fábrica de paños para abastecer de uniformes al ejército. Admirador de las teorías político-económicas de Colbert (ministro del rey francés Luis XIV), Goyeneche ideó un complejo agrícola-industrial que llamó Nuevo Baztán, a 35 kilómetros de Madrid, bello conjunto urbanístico que encargó al célebre arquitecto Churriguera.
En el Nuevo Baztán, Goyeneche trabajó sobre la idea de aplicar el Colbertismo a una empresa propia. Pretendía generar una producción de objetos suntuarios que pudiera competir con el mercado extranjero, reducir las importaciones y sanear así la maltrecha economía hispana. Debido a la buena marcha del Nuevo Baztán, Goyeneche tuvo que ampliar el complejo con nuevas fábricas de papel y vidrio, manufacturas de licores, cerería, confitería, curtidos, zapatería, tejidos de seda, cintas, pañuelos y colonias. Incluso se atrevió con una fábrica de cristal, un producto considerado de lujo.
Sin embargo, el rápido agotamiento de tales planteamientos económicos, el cese de las exenciones fiscales y de los contratos de abastecimiento del ejército, dieron al traste con el experimento, único en España, provocando la decadencia y el abandono del pequeño poblado y de su núcleo palaciego.
Hoy permanece el legado del lugar que antaño se atisbó como el germen la industria mecánica de Europa. En la plaza principal del Nuevo Baztán el viajero puede observar el palacio de Goyeneche y la iglesia, con un notable retablo de mármol y la tumba del susodicho bajo la cúpula, además de diversos edificios que en su tiempo fueron explotaciones agrícolas y fábricas modélicas. En el pueblo actual perduran consistentes restos de aquellas fábricas de paños, municiones, sombreros y vidrios, así como las viviendas de los operarios, todo ello dispuesto en calles amplias, rectas y ventiladas con avanzado criterio urbanístico.
Hubo incluso un seminario de aprendizaje y un mesón para albergue de viajeros. Hoy, aparte de los edificios dieciochescos de Goyeneche, el viajero puede admirar una considerable cantidad de urbanizaciones de lujo y de medio pelo tirando a lujo que descongestionan Madrid y Alcalá de Henares los fines de semanas y festivos de guardar.
Colaboración de Javier Ramos de Lugares con Historia.
Fuentes e imágenes: Nuevo Baztán, Ayto. Nuevo Baztán
[…] ¿Pudo haber nacido la Revolución Industrial en un pueblo madrileño? […]
Y no sólo podía haber empezado aquí la revolución industrial gracias a este adelentado (cuya historia descubro gracias a ti) , si no que también teníamos la maquina de vapor antes que nadie http://eldelyayo.blogspot.com.es/2011/11/jeronimo-de-ayanz-otro-olvidado-genio.html?m=1
Podríais haber comentado que era navarro, algo sobre el nombre del pueblo, etc…
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Esta entrada es muy interesante. Pero hay que hacer una matización, aunque no lo parezca, la Revolución Industrial comenzó en España con los altos hornos de Marbella, en 1826. Poco después pasaron a la ciudad de Málaga que llegó a ser la segunda ciudad industrial de España. Ahora nos dedicamos a servirles cafés a los guiris. Así de triste.
Parece que se ha extraviado el comentario que te hice ayer. Venía a decir que era bastante improbable que se hubiera iniciado la Revolución Industrial en España por causa de algunos hechos concretos. El fenómeno del que hablamos requiere de multitud de factores coincidentes en un momento dado que lo hagan posible: demográficos, sociales, políticos, económicos… de los que carecía nuestro país en aquellos tiempos. Lo que sí hubo en España fue un lento proceso de industrialización, tardío, incompleto y con carácter meramente regional. Pero no constituyó una «revolución».
Un saludo.
A medida que descubro la historia de nuestro país, me doy cuenta que muchas veces pudo ser y en nada se quedo… 🙁 debe ser genetico
El nuevo Baztán está en el inicio del movimiento de la Ilustración Española, truncado entre otras cosas en 1808 (el mayor desastre de la sociedad española en 300 años). Se han olvidado a los ilustrados españoles, como si fueran de segunda categoría, como consecuencia de lo que pasó en el siglo XiX. Pero una golondrina no hace verano, tendrían que haber seguido estas iniciativas 100 años más, la política conservadora asustada por la Revolución Francesa no debería haber perdido las colonias americanas, tendría que…
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[…] del primer periódico de España, político y promotor del palacio y fábrica del madrileño Nuevo Baztán, un complejo agrícola-industrial donde trabajó sobre la idea de aplicar el Colbertismo a una […]
[…] Hubo otros puntos de la Península Ibérica, como en la Colonia de Santa Eulalia de Alicante o el Nuevo Baztán del Marqués de Goyeneche en Madrid, que en el siglo XVII llegó a convertirlo en el complejo […]
NO. No hay revolución industrial sin capitalismo… ni éste sin libertad económica … y capitalistas. Y seguimos igual.
[…] a través de un estrecho valle hasta Campo Real, donde proseguía camino de Pozuelo del Rey y Nuevo Baztán. Desde aquí descendía hacia el valle del Tajuña atravesando una serie de túneles para parar en […]