Al viajero que visite el conjunto de cuevas prehistóricas de Tito Bustillo (a las afueras de Ribadesella, Asturias) le llamarán especialmente la atención las representaciones de carácter sexual que adornan las cavernas. Las representaciones fálicas encontradas en su interior constituyen la primera representación conocida del sexo humano. Las cuevas, que estuvieron habitadas entre el 25000 y el 7000 a.C. aproximadamente, constituyen uno de los seis grandes santuarios mundiales del arte paleolítico.

En las estalagmitas de la cueva de la Lloseta, una especie de altillo abierto en el techo de la de Tito Bustillo, se repiten con notable insistencia esbozos de penes paleolíticos. Entre las representaciones destaca una estalagmita central alta como una persona y pintada insistentemente de rojo (con óxido férrico) en capas sucesivas, en un acto de ‘reforzamiento’ del motivo sexual, dado que el rojo de por sí añade a la pintura rupestre un valor vitalizante.

A un paso de la Lloseta es de admirar el Camarín de las Vulvas, verdadera Capilla Sixtina del arte tocológico, un espacio donde probablemente se celebraban ritos propiciatorios de la preñez, como sugieren las vulvas pintadas o inscritas en las paredes como invocación a la fecundidad. Las figuras están pintadas en negro, rojo, violeta y tierras, dibujadas con un inicial claroscuro a base de esfumados y tintas planas. La mayoría están repasadas con grabado, para el que se emplea la línea múltiple, a veces profunda y otras veces muy superficial. Otra figura de una mujer en perfil tiene pintado el sexo de frente y aprovecha los resaltes de la pared para conformar su perfil.

Camarín de las Vulvas

Camarín de las Vulvas

Junto a los símbolos sexuales, los artistas del Paleolítico pintaron y esculpieron en las paredes de Tito Bustillo cientos de figuras de animales, algunos de más de su tamaño natural: caballos, vacas, cérvidos, bisontes… Son especialmente notables las pinturas de la Galería de los Caballos, donde además de équidos el viajero encontrará figuras de uros (una especie de toro salvaje), bisontes y renos.

RUPESTRE

Sólo faltaría añadirle la primera película porno de la historia.

Colaboración de Javier Ramos de Lugares con Historia.