El viajero tiene diversos motivos para visitar Huéscar, municipio granadino ya pegado a las provincias de Albacete y Jaén. Uno puede ser que allí se cría una excelente oveja segureña cuyas chuletillas son una delicia. Otro, que le gustan las ruinas melancólicas y se solaza en contemplar las obras faraónicas e interrumpidas sine die del canal de Carlos III, ilustre precedente del canal Tajo-Segura. Se concibió en tiempos de Felipe II, pero las obras se abandonaron hasta que por fin Carlos III se tomó el proyecto en serio… para abandonarlo poco después.

Pero quizá la razón más atractiva y curiosa sea averiguar por qué este pequeño municipio le declaró la guerra a Dinamarca en 1809. Aunque no se firmó la paz hasta 1981, no se alarmen… Fue un conflicto bélico en el que no se disparó ni un solo tiro ni nadie salió herido. Sin embargo, resultó ser la guerra más larga y más incruenta de la historia de España; no en vano se prolongó 172 años. Vamos, una guerra en toda regla.

Todo comenzó en 1808, cuando las tropas francesas comandadas por Napoleón invadieron España. Nuestro país estaba aliado precisamente con su homólogo galo y enfrentado con Inglaterra por aquella época. Pero los acontecimientos hicieron rectificar a España y firmar la paz con los ingleses. En Dinamarca, que era aliada de Francia, se había instalado antes un destacamento de tropas españolas para apoyar al país escandinavo en su guerra contra Suecia y servir de contención ante posibles insurgencias inglesas. El trueque de alianzas obligó a una rápida huida de parte del ejército español de Dinamarca ayudado por buques ingleses. Pero 5.000 soldados quedaron presos de franceses y daneses.

Ante tales acontecimientos, el 11 de noviembre de 1809 llegó a Huéscar un emisario militar español con una Real Orden de parte de las Cortes que actuaban en nombre de Fernando VII, rey que había sido desterrado por Napoleón. Dicho documento instaba a romper toda relación diplomática con Dinamarca. El Ayuntamiento de la localidad granadina acordó en sesión plenaria declarar la Guerra a Dinamarca en forma de bando. Tal resolución establecía…

[…] atacar a las fuerzas danesas en cualquier parte que se hallen, vengar los insultos recibidos y no cesar las hostilidades hasta que un mutuo convenio de Corte a Corte y un tratado estipule las condiciones de paz.

Aunque en 1814 llegó el armisticio con la retirada de las tropas francesas, en Huéscar parece ser que no se enteraron. Y así se mantuvo el litigio hasta el 7 de julio de 1981… El simbólico tratado de paz se firmó esa misma fecha en un distendido y simpático pleno del Ayuntamiento de la localidad andaluza. No hizo falta que el concordato llegara a oídos daneses, ya que el país escandinavo nunca tuvo constancia de estas curiosas hostilidades. Aquella fue una verdadera jornada de amistad oscense-danesa, a pesar de que los carteles colocados en las carreteras de acceso a Huéscar que advertían a los nórdicos visitantes lo siguiente:

Ojo, si es usted danés recuerde que entra en terreno enemigo. Si decide pasar, aténgase a las consecuencias.

El embajador del país escandinavo en Madrid, Mogens Wandel-Petersen, y el alcalde de Huéscar por aquel entonces, José Pablo Serrano, en presencia de las primeras autoridades civiles y militares granadinas, sellaron el acuerdo.

El Embajador y el Alcalde

El Embajador y el Alcalde

Una vez aterrizado en Huéscar, el viajero puede aprovechar el paseo para contemplar las gigantescas secuoyas de 75 metros de altura que crecen en el paraje de la Losa. Las plantó Wellngton, el general inglés que derrotó a los franceses en la Guerra de la Independencia. No muy lejos de Huéscar se localiza Orce, en cuyo yacimiento de Venta Micena se encuentra uno de los conjuntos paleontológicos más importantes de Eurasia. En uno de los yacimientos arqueológicos se ha hallado un diente de leche fósil de un niño que está considerado como el resto humano más antiguo de Europa Occidental, con 1,4 millones de años de antigüedad.

secuoya_Huescar

Colaboración de Javier Ramos de Lugares con Historia.