La operación militar «Plomo Fundido«, que arrojó un saldo total de 1.100 muertos palestinos (de los cuales un tercio, lamentablemente, fueron civiles) y más de 4.000 heridos, se cobró -también- del lado israelí las vidas de tres muertos civiles, diez militares y casi trescientos heridos. Esta operación comenzó el 27 de diciembre pasado, tras ocho años de permanentes ataques con misiles Kassam y de morteros, por parte del grupo Hamas sobre territorio israelí.
La declaración unilateral de la tregua incluye, en una primera etapa, la presencia de tropas israelíes en Gaza, hasta que Hamas -que hasta el momento rechazó esta tregua, prometiendo seguir combatiendo- deponga sus ataques a suelo israelí. Mahmoud Abbas, presidente de la ANP, en tanto, instó a las partes y al mundo a la firma de un verdadero tratado de paz, que incluya el retiro de tropas israelíes y el compromiso -por parte de Hamas- de cesar con todas sus modos de ataque sobre Israel. Esta propuesta de Abbas, se enmarca en un rápido intento de posicionarse como el verdadero líder palestino, ya que su imagen se encuentra seriamente deteriorada entre sus seguidores.
A días de la asunción del nuevo presidente estadounidense Barak Obama, y a menos de un mes de llevarse a cabo las elecciones en Israel (10 de febrero próximo), la presión que los grupos terroristas Hezbollah y Hamas (instrumentos políticos de Irán en su velada guerra contra Israel) ejercen sobre Israel, se verá claramente disminuida, luego de esta contundente victoria militar en un tipo de guerra por demás peligrosa y compleja: rodeado de población civil, guerrilla urbana, trampas por doquier, utilización de edificios públicos y de fe religiosa para llevar a cabo sus ataques, etc.
Hay que agregar también que, tras los condenables ataques a los edificios de la ONU por parte del Ejército de Defensa de Israel (IDF), la imagen que parte del mundo tendrá–por un tiempo- sobre el Estado hebreo, no será de las más auspiciosas.
Fuente: Revista Horizonte
Ciertamente, Israel tiene su imagen deteriorada pero no más de lo que la ha tenido hasta ahora. Cuenta con detractores y defensores y seguirá siendo una gran potencia mundial. Los demás Países árabes de la zona se han acobardado ante el despliegue israelí en Gaza. No solo se trataba de lavar su imagen maltrecha después de la incursión fallida en el Líbano o de frenar decidídamente a Hamas sino también de avisar a la Liga Árabe de que Israel no está débil.
Me temo que el conflicto seguirá aunque espero que sin bombas ni destrucción y que se llegue pronto a una paz definitiva, aunque eso, hoy por hoy, es una utopía.
Tu deseo es el de todos.
Pero tendríamos que reiniciar a las nuevas generaciones para extirpar el odio. Este sentimiento se «hereda» de generación en generación.