Este post tendría que versar sobre mi viaje a Jordania, pero al regresar me encuentro con la terrible noticia del fallecimiento de nuestro «maestro» Juan Antonio Cebrián. Cuando me he enterado no podía creerlo, mi cabeza rechazaba la idea de su muerte; una persona tan vital, positiva, alegre, divertida y que todavía tenía tanto que enseñarnos no nos podía abandonar, pero nuestra fiel compañera de viaje – la muerte – se ha debido equivocar, no nos puede arrebatar a una de las personas que nos acompañó, enseñó y apasionó tantas madrugadas, tantas historias, tantas tertulias, tantas …
Reconozco que no he tenido el valor de escuchar los programas que me perdí por las vacaciones, espero poder hacerlo algún día. Nadie podrá reemplazar al «Cebri». Me hubiese gustado conocerte personalmente, sé que eres de las personas que merece la pena conocer, pero me quedaré con varios e-mails que nos cruzamos y agradecerte siempre que desde este blog podemos recordarte con aquella pequeña entrevista.
De corazón, hasta siempre MAESTRO. Mi más sentido pésame para tu mujer y tu hijo Alejandro.
Me uno al homenaje. Todavía sigo conmocionado. Se ha ido un grande. NOs quedan sus recuerdos, su voz y sus numerosos libros. Descanse en Paz.
¡Qué lástima! Lo conocí hace unos 2 años por sus obras, y hoy mismo me acabo de enterar que falleció hace más de 5 años tras leer este homenaje. Es injusto que alguien que tenía tanto conocimiento que ofrecer se fuese tan pronto, en una edad que la que no debería tocarle a nadie. En fin, mi más profunda admiración a Juan Antonio Cebrian. Escuche un montón de podcast suyos creyendo que seguía con nosotros. Y me encantaba su modo de contar la historia.