En su momento hablamos del caso de Formoso I, el Papa que después de morir fue desenterrado, juzgado, vuelto a enterrar, otra vez desenterrado… pero hoy nos referimos a Pedro Arias Dávila (Pedrarias), Gobernador y Capitán General de Castilla del Oro (territorio que comprendía territorios de los actuales países de Nicaragua, Costa Rica, Panamá y la parte norte de Colombia).

Pedrarias

Después de brillar en la conquista de Granada y en tierras africanas (conquista de Orán y en la toma de la fortaleza de Bugía), en 1513 fue nombrado Gobernador y Capitán General de Castilla del Oro. En 1519 fundó la ciudad de Panamá en su primitivo asiento (actualmente llamada Panamá la Vieja). Se caracterizó por su temperamento sanguinario y ambicioso y la crueldad con que trató tanto a los indígenas como a los españoles. Ordenó decapitar a Vasco Núñez de Balboa, descubridor del océano Pacífico, y a Francisco Hernández de Córdoba, fundador de varias ciudades en Nicaragua. Irónicamente, para Pedrarias, las monedas de Panáma y Nicaragua son el balboa y el córdoba, respectivamente.

Durante una de las batallas en la lucha por el trono de Castilla, entre los partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja, Pedrarias fue gravemente herido y lo dieron por muerto. Cuando iba a ser enterrado uno de sus sirvientes se dio cuenta de que se había movido… estaba vivo. Pedrarias, como recuerdo a aquel momento y hasta el fin de sus días, celebró el aniversario de aquella fecha con su funeral y su correspondiente entierro. Claro está, y para desdicha de muchos, que luego era desenterrado. Si las luchas entre Isabel y Juana fueron entre 1475 y 1479, y él murió en 1531… hubo unos cuantos.

Fuentes: Historia del Nuevo Mundo, Biopatología de Pedrarias