El gran éxito militar de Roma se debió a la gran labor en el campo de la ingeniería, a los pactos, alguna que otra traición… y, sobre todo, a las legiones. Estructuras militares organizadas, disciplinadas, con gran movilidad (podían recorrer 50 Km/jornada) y maniobrabilidad. Estaban compuestas por ciudadanos romanos que se alistaban voluntariamente a los 20 años y tras pasar cuatro meses de dura instrucción debían permanecer en activo durante 25 años. En épocas de guerra era obligatorio y en casos extremos se bajaba la edad de reclutamiento.

Legión - Raffaele Caruso

Cuando estos “veteranos” cumplían sus años de servicio se licenciaban (emérito) y recibían una parcela de tierra o una cantidad de dinero, equivalente a la paga de doce años en tiempos del emperador Augusto. En muchas ocasiones se fundaron ciudades para asentar a los jubilados, como Emérita Augusta, hoy Mérida, que fue fundada por Augusto al licenciar a los veteranos de las legiones V y X tras las guerras cántabras. En otras ocasiones, eran los propios campamentos de las legiones los que formaron núcleos de población estable, como el caso de León que se fundó sobre el campamento de la Legio VII.

Imagen: Raffaele Caruso