Mucho se ha discutido, y varias han sido las diferentes versiones, sobre el nacimiento de España como tal (unidad territorial y polí­tica). Esta idea de estado o patria para unos nace con Hispania (como provincia de Roma), para otros con los visigodos (con la unificación religiosa), con los Reyes Católicos… Varias opiniones de un mismo concepto, pero me voy a permitir narrar un pequeño enigma y luego que cada uno lo «interprete» como quiera, o pueda.

El mundo visigótico caí­a estrepitosamente en la batalla de Guadalete (711) a manos de los musulmanes. En poco más de 20 años se plantaron en Poitiers donde fueron derrotados por Carlos Martel y, a la vez, se frenaba la expansión por el resto de Europa. Poco tiempo antes de la batalla de Guadalete, Sinderedo, obispo de Toledo, partí­a hacia Roma – no se sabe si autoexiliándose o ya era un viaje programado -. El caso es que en 721, cuando los musulmanes controlaban la casi totalidad de la pení­nsula, se celebró en Roma un Concilio encabezado por el papa Gregorio II al que se permitió asistir a Sinderedo (obispo sin diócesis).

Lo curioso es que firmó las actas del Concilio como «obispo de España».

A mi me hace pensar que…